21 noviembre, 2014
En 2009 uno de los oficiales de la ya infame NSA le señaló a sus superiores que los nuevos programas colocaban a la agencia por fuera de la ley, y si sus actividades se daban a conocer producirían un grave perjuicio a la organización. La discusión, que involucró al entonces director Keith Alexander, tenía como tema principal los sistemas de recolección en masa de metadatos. El oficial, ahora retirado, le ha hecho llegar la información a la agencia Associated Press. La identidad de la fuente se ha mantenido en el anonimato.
Según señala el ex agente, no encontró evidencia de que el programa fuera utilizado de forma incorrecta o de otra manera que no fuera para luchar contra el terrorismo en los Estados Unidos. Sin embargo, si resaltó que la forma en que se recopilaba la información era cuestionable. En particular, la NSA conservaba material que incluía llamadas a psiquiatras, amantes y hasta líneas de asistencia al suicida. El agente había señalado que el valor suministrado por los datos recabados no era el suficiente para justificar los métodos empleados. También entendía que las acciones de la agencia iban contra su carácter, que era vigilar las amenazas del extranjero, no a los ciudadanos del país.
Keith Alexander comentó al respecto: “Una persona nos trajo estas inquietudes, y tenía algunos puntos a considerar. Le pedí a los técnicos, incluyéndolo a él, que revisaran estas cuestiones”. Al parecer los señalamientos dieron lugar a un debate, pero finalmente los líderes de la NSA y los oficiales de la Casa Blanca decidieron no hacer cambios.
La advertencia del oficial probó ser correcta, y un tiempo después las filtraciones de Edward Snowden llevarón al escándalo y una multitud de problemas para la NSA y el gobierno estadounidense. El programa de recopilación cuestionado fue autorizado a través de la sección 215 de la conocida Acta Patriota. Un intento por eliminar esta ley fracasó recientemente.
Fuentes: Arstechnica, APTheBigStory