2 febrero, 2012
No lo decimos nosotros. Lo dijo ni más ni menos que Warren East, el CEO de ARM Holdings, responsable de la mayor prestadora de procesadores para dispositivos móviles (justamente, smartphones y tablets).
Según East, el “secreto” radicará en que, a diferencia de lo que ocurre con los smartphones, las tablets basadas en Android requieren de más tiempo para ganarse la confianza del mercado. Sin embargo, ante la salida de Windows 8 y su anunciada excelente simbiosis con estos dispositivos, los consumidores se encontrarán con un sistema con el que ya se han familiarizados desde sus inicios informáticos. Como si fuera poco se le sumará la presencia del afamado Office, que para muchos es un factor clave al momento de trasladar su oficina a una ultraportátil.
Como siempre surgieron voces en contra. En principio están los que afirman que si bien Office puede marcar una diferencia, la marca Windows no hará tanta mella en el mercado de las Tablets. Para empezar porque Windows 8 es un producto muy nuevo, y en segunda instancia porque Windows Phone no tuvo el mejor de los arranques dentro del mercado (a pesar que quienes lo han probado dan fe de encontrarse con un excelente sistema).
Personalmente considero que Android se ha ganado un mercado y prestigio muy importante, y para cuando Windows 8 esté empezando a competir Google habrá logrado afianzarse todavía más.
Quizás el punto a mejorar sean las cuestiones relacionadas a la personalización y configuración avanzada del sistema. En este sentido hay que reconocer que el “modelo iOS” de actualización del sistema, por nombrar un ejemplo, tiene una sencillez de aplicación y bajo factor de riesgo que Android no logró todavía. Si pudieran adaptar esta tarea a usuarios menos experimentados, ganarían una confianza mucho mayor en el segmento.
Veremos qué pasa cuando tengamos a ambos productos compitiendo palmo a palmo.