7 agosto, 2014
El derecho a ser olvidado ha dado sus primeros pasos en Europa y no sin levantar polvareda. Los primeros que acusaron el impacto fueron las empresas que indexaban las páginas de Internet. Google se vio obligada a anticiparse a la implementación en muchos casos y dar de baja resultados. Luego aparecieron varios medios periodísticos quejándose de que muchos artículos críticos con figuras públicas habían sido eliminados de los resultados de Google en una maniobra que entra en el ámbito de la censura. Más recientemente ha sido la fundación Wikimedia, la organización detrás de Wikipedia, que ha salido al cruce de la implementación del llamado derecho a ser olvidado.
Las autoridades de la fundación han señalado que se trata de un acto de censura que pone en peligro su misión de ofrecer libre acceso a todo el conocimiento humano. Se advirtió que se notificará la remoción de enlaces cuando se tenga conocimiento de que dichas acciones hayan sucedido.
En la última semana Wikimedia recibió 5 notificaciones de Google señalando que había eliminado páginas de Wikipedia de sus resultados. Las acciones habían tuvieron lugar como consecuencia del mencionado derecho a ser olvidado. Parte del dictamen de las autoridades judiciales europeas establece la notificación a quienes publican la información de la eliminación de los resultados. Curiosamente esto ha llevado a que algunas organizaciones, sea por ejemplo el caso de los medios periodísticos, escriban nuevos artículos refiriéndose al material eliminado. Como resultado, lejos de producir el efecto deseado el material ha recibido una nueva ola de atención.
Estas declaraciones llegaron con motivo del primer informe de transparencia de la organización. En él se señaló que Wikimedia había recibido 56 pedidos para que se revelara detalles de usuarios. Los pedidos fueron realizados tanto por gobiernos como por individuos particulares entre 2012 y 2014. Wikimedia accedio al 14% de los pedidos, aunque señaló que no tiene necesariamente mucha información al respecto (En muchos casos apenas un nombre y una dirección de correo) .
Jimmy Wales, uno de los fundadores de Wikimedia, señaló: “La gente necesita sentirse segura de que su curiosidad y contribuciones no están sujetas a pedidos irracionales del historial de sus cuentas por parte de los gobiernos, deberían poder confiar en que el conocimiento que reciben es completo, verdadero y sin censura”.
Fuentes: Techcrunch