17 febrero, 2011
Constancio Larguía pertenece a la primera ola de emprendedores argentinos. Junto a Wenceslao Casares, creó en 1998 Patagon.com, un broker online que permitía comprar y vender acciones en las Bolsas de todos los países de Latinoamérica y que fue vendido en una cifra cercana a los US$ 700 millones al Banco Santander.
Junto a Carlos Maslatón (ex integrante de Patagon), su hermano Pablo Larguía (fundador de Bumeran.com y la red de emprendedores Innova) y tres socios más, fundaron Weemba, una especie de red social que se encarga de vincular a los usuarios con necesidades crediticias con los bancos que ya está disponible en la Argentina y España, y pronto lo estará en Estados Unidos.
“Todo comenzó en 2008, cuando vimos con Carlos cómo en plena crisis financiera mundial de qué manera usando las dinámicas de Internet podíamos insertarnos en una redefinición de la industria una vez que la crisis llegara a su fin de despliegue total”, explica Constancio a RedUSERS, y completa: “Mientras todos estaban llorando por la crisis, empezamos a programar el sitio para atender a la frustación de ambas partes de la relación crediticia, el que pide financiación y el que la brinda“.
Esta frustación se resume en una frase bastante escuchada por estas épocas: “los bancos no prestan”. Constancio indica que los “no es que no prestan porque no quieren, es la única forma en la que pueden tomar ganancias, sino que, luego de la crisis, a los bancos también les cuesta encontrar a su cliente adecuado“.
Cómo funciona
En Weemba, el que necesita financiación –ya sea una persona o una empresa– crea un perfil, describiéndose a sí mismo de la forma que mejor lo represente. “El usuario arma una especie de carpeta como la que presentaría en cualquier banco de manera física, con sus ingresos, su situación financiera, etc. No tenemos requerimientos específicos, sino que ponemos herramientas a disposición del usuario sin inducirlo a nada para que las use como quiera”, agrega. Los únicos requisitos para ser usuario de Weemba es residir en la Argentina, ser mayor de 18 años y contar con una cuenta bancaria.
“Un usuario puede pedir un préstamo para financiar un posgrado. Entonces, sube sus trabajos en PDF, su currícula de carreras anteriores, cartas de recomendación de sus empleadores, una foto, un video de presentación y toda la documentación que considere útil“, ejemplifica Constancio.
Luego, Weemba realiza un reporte finaciero en Veraz para incluir su puntaje dentro de su perfil de manera gratuita. El usuario puede solicitar un préstamos para lo que desee (consumo, hipotecario, comercial), ingresar una suma y elegir uno de los dos modos de financiación: Todo o nada, porque sólo le sirve un préstamo por el total del monto pedido; o Montos parciales, para aceptar un crédito por una suma menor.
Las solicitudes sólo están activas durante un mes, para que los bancos con perfil en Weemba (hasta ahora, 14 de los 46 que operan en la Argentina) puedan visitar el perfil del usuario y ver los documentos que haya configurado como públicos y pedirle una autorización para ver aquellos que haya fijado como privados. Una vez que el usuario acepta, el banco le abona una tarifa a Weemba ($200 si es un crédito para consumo, 400 para hipotecarios y $500 para empresas).
La ventaja de Weemba es que varios bancos pueden pujar para acercarle la mejor oferta a su potencial cliente (en cada solicitud se indica la cantidad de entidades que visitaron el perfil de un usuario). Y ambas partes pueden comunicarse mediante el chat o los mensajes de Weemba, por teléfono o personalmente.
El curioso método para autenticar la identidad
Los bancos dependen mucho de los datos personales de los solicitantes de créditos a la hora de prestar dinero, por lo que esa información debe ser filedigna. Y Weemba tiene una forma interesante para validar la identidad de los usuarios e impedir los fraudes.
“Para saber si un usuario es quién dice ser, le pedimos el número de su cuenta bancaria y le depositamos una cantidad aleatoria de centavos. Luego, deberá decirnos cuánto fue la suma acreditada y, sí es correcta, el usuario está certificado. De esta manera, nos montamos en la información de su banco, que ya lo vio en persona, le tomó la firma y recopiló sus datos”, explica Constancio.
Pero esto puede traer algunas complicaciones. “Una señora de España, armó su perfil y le enviamos 0,73 euro a su cuenta para validar su identidad. Pide 3.500 euros. Pasan unos días y llega un e-mail a info@weemba.com con el mensaje: ‘Señor Weemba, yo he pedido 3.500 euros y me han enviado 73 centavos… ¿cuándo me enviarán el resto?'”, cuenta Constancio con acento castizo, despertando algunas risas entre los presentes en la oficina del barrio porteño de Retiro.
