5 mayo, 2016
Uno de los desafíos más grandes de los smartwatches es navegar a través de sus aplicaciones en una pantalla de pequeño tamaño. Mientras que los smartphones llevan sus displays a mayores valores, los wearables deben mantenerse chicos para lucir elegantes y ser cómodos. Para mejorar la experiencia de estos dispositivos, un equipo de investigadores de la Universidad de Carnegie Mellon desarrolló una tecnología que extiende las capacidades táctiles hasta el antebrazo.
¿Cómo funciona? Según explicó Future Interfaces Group, el sistema funciona a través de un anillo (colocado en el dedo a utilizar) que envía una señal a los sensores del dispositivo. Cuando este dedo toca la piel, libera una frecuencia eléctrica que viaja a través del brazo hasta el wearable, que se encarga de triangular la ubicación del dedo. “Lo bueno de SkinTrack es que no es obstructivo: la gente utiliza relojes y anillos todos los días”, explicó uno de sus creadores, Yang Zhang.
Gracias a esta tecnología, se pueden ejecutar acciones continuadas en la pantalla y en la piel, lo que permite interactuar con aplicaciones. Además, permite realizar gestos (como dibujar una S para silenciar el teléfono o N para abrir la app de noticias) o varios toques. Este prototipo fue construido como un concepto para demostrar todas las funciones que podría cumplir si se terminara y se comercializara.
Si bien queda mucho por trabajar, desde el laboratorio afirman que su mayor desafío es mantener la batería cargada en el anillo. Asimismo, comentaron que la intensidad de las señales cambian dependiendo el tiempo de uso debido a factores específicos como la transpiración. Sin embargo, aseguraron que “el dispositivo es seguro y no tiene ningún tipo de efecto en la piel”.
Fuente: TheVerge