27 diciembre, 2018
A veces las soluciones crean nuevos problemas, esto parece ser bastante común en el mundo de la informática. Hace poco un usuario alemán le solicitó a Amazon que le enviara toda la información que tenía sobre él. La compañía cumplió, dado que en Europa está obligada a tal acción por ley. Cuando el usuario revisó los archivos encontró 1.700 grabaciones realizadas a través de Alexa. Sin embargo la voz en las grabaciones no era la suya, lo que resultaba lógico dado que esta persona no poseía ningún dispositivo Echo en su casa.
El usuario advirtió a la empresa sobre el incidente y Amazon simplemente eliminó la conexión a los archivos. Sin embargo los archivos ya habían sido descargados. El usuario se decidió entonces a comunicar lo sucedido a los medios locales.
La persona cuya voz se encontraba en las grabaciones se enteró de los sucedido cuando los periodistas alemanes lo consultaron por el incidente. Aunque las grabaciones en sí eran triviales contenían una gran cantidad de información sobre la vida diaria y los gustos del propietario del dispositivo Echo.
Según Amazon el problema fue solo un desafortunado incidente que ya ha sido arreglado para satisfacción de todos los involucrados. “Este caso fue el resultado de un error humano, y un caso único y aislado”, explicó la compañía. A todos los medios interesados se respondió igual sin mucho más detalle.
Amazon no se comunicó con el usuario de Echo afectado sino hasta que los sucedido llegó a la prensa. Hecho que basta para desconfiar de las políticas de privacidad de la empresa. Además, esta no es la primera vez en que Alexa se ve involucrada en problemas de privacidad. Quizás sea el motivo por el que Amazon insiste en que se trata de un error humano y no una falla en el producto, que posiblemente todavía nos de nuevas sorpresas.