18 septiembre, 2009
The Whuffie Bank fue seleccionada como una de las 50 mejores startups web del certamen TechCrunch 50 y Santiago Siri (foto), uno de sus fundadores, habló en exclusiva con RedUSERS.
Para muchos, la noticia sería que RedBeacon, un portal de subastas para contratar servicios de todo tipo en una determinada ciudad, ganó el prestigioso certamen TechCrunch50. Para RedUSERS, la noticia pasa por otro lado. The Whuffie Bank, un emprendimiento argentino que se colocó entre las mejores 50 startups del mundo.
Uno de sus creadores es Santiago Siri, quien el año pasado también fue finalista de TC50 con Popego, un servicio que aglutina todas las redes sociales del usuario y le acerca contenidos generados por otras personas, de acuerdo a sus propios gustos.
The Whuffie Bank se basa en la reputación que los usuarios poseen en sus redes sociales, como Twitter y Facebook. Según la actividad, amigos y otras variables, cada persona tiene una cantidad de Whuffies mensuales, que funcionan como una nueva moneda dentro del mundo de Internet. A continuación, la entrevista exclusiva con Santiago.
¿De qué se trata The Whuffie Bank?
El término Whuffie fue inventado por Cory Doctorow, un famoso autor contemporaneo de ciencia ficción. Lo usó en su primera novela para hablar de una moneda basada en reputación. Hoy en día interactuamos cada vez más en redes sociales y la reputación es un emergente que se puede empezar a medir. Cuando estuvimos en SxSW con Martín Añazco (NdR: CEO y fundador de Livra.com y Attomica.com) este año en Texas, vimos que el concepto de Whuffie como referencia a tu “capital social” empezaba a ser cada vez mas común. Entonces nos preguntamos: “¿Por qué no armamos un banco de Whuffie?”. Y así empezamos a armar el servicio. Y, naturalmente, armar el proyecto como una organización sin fines de lucro para empujar esta idea lo más lejos posible.
The Whuffie Bank utiliza la reputación para crear una nueva moneda. ¿Qué se puede comprar con los Whuffies?
Como toda moneda, es una cuestión de que gane la confianza de mucha gente para que logre aceptación. Hoy ya se pueden hacer intercambios de Whuffies de manera muy simple en el website, se puede contratar o pedir favores a gente a cambio de Whuffies. Incluso, si escribes en Twitter “WHF” y la cantidad, se detectará ese intercambio por el banco. Tenemos pensado permitir a la gente que pueda pedir donaciones de Whuffies a traves de widgets en su blog o –por ejemplo– armar aplicaciones para iPhone para que puedas intercambiar Whuffies en cualquier lugar. El objetivo ahora es lograr la aceptación de la moneda.
The Whuffie Bank se conformó por cuatro emprendedores argentinos, ¿obtuvieron algún tipo de financiamiento o lo hicieron “todo a pulmón”?
The Whuffie Bank es un proyecto donde colaboraron dos empresas de tecnología argentinas, Popego y Atommica. Martin Añazco y yo, que estuvimos en el escenario, somos los dos fundadores de estas empresas. Pero sí, ¡hubo mucho pulmón! No buscamos ningún rédito con esto, simplemente revolucionar el sistema financiero mundial (se ríe).
Estabas trabajando en una herramienta conocida como “Meaningtool”, un concepto muy 3.0. ¿Algo de ese código está hoy funcionando en the Whuffie?
Así es, Meaningtool es un motor semántico desarrollado por Popego que está live desde el Lunes y vamos a lanzarlo muy pronto. Seguramente se pueda hacer un mashup interesante entre ambas APIs. Hay muchas ideas flotando en el aire.
¿Estás casi “abonado” a TC50, ¿qué tuvo de distinto esta vez?
(Se ríe) Ni yo me creo que soy abonado. Fui el más sorprendido por ver que por segunda vez elegían un proyecto de mi autoría para presentar. Es todo un privilegio, sobre todo cuando ves que hay 100 empresas más en el evento dentro del Demo Pit que no pudieron entrar y son todas muy buenas. Tiene un nivel de competición muy alto. Este año fue similar al anterior, pero mejoraron mucha la preparación y el coaching previo para los presentadores. Jason Calacanis y su equipo hacen un trabajo excelente en la organización.
¿Qué recomendaciones puedes hacerle a los jóvenes que tienen un proyecto web y lo quieren sacar adelante, obviamente no en la dimensión de TC50, pero que tienen la vocación y se quieren dedicar a eso?
¡Que se animen a delirar! En el Silicon Valley hay un estilo de mirar al mundo muy interesante, que es el de estar absolutamente convencidos de que pueden cambiar al mundo. Bajo ese framework mental se pueden pensar ideas mucho mas interesantes. Y desde Argentina o Latinoamérica, si combinamos el excelente talento que tenemos con el creer que es posible hacer un cambio fuerte… ¡se puede llegar lejos!