Hace tiempo que Twitter viene haciendo pequeños cambios en el comportamiento de los contenidos incluidos en los tuits. Esos cambios, que están en la misma serie que desde hace unos meses quitó el límite de caracteres en los mensajes directos, apuntan en su conjunto a que la curación de contenido sea el centro de la actividad y que haya espacio para los comentarios en el cuadro de texto base (que mantiene los 140 caracteres como límite). Es decir, contentan a los que pretenden escribir en Twitter –y siempre sienten que 140 caracteres es poco– y ofrecen mayor espacio para las menciones, las etiquetas (o hashtags) y la curación para los que usan Twitter “como corresponde”. Digámoslo así, para qué andar con vueltas.

Lo que hay que saber es que desde el 19 de septiembre esos cambios se vieron fuertemente apoyados por un conjunto de novedades que llevan esta lógica al extremo. Lo que cambia, en efecto, es la forma en la que la red social cuenta caracteres, cambio cuya lógica conocimos cuando los vínculos empezaron a ocupar, sin importar su extensión, 19 caracteres.

La primera de las novedades es que el contenido embebido y los tuits citados dejarán de descontar caracteres, por lo que podremos ingresar cuantas imágenes, videos, encuestas, GIFs animados y demás material queramos. Tampoco contarán caracteres los nombres de usuario, lo cual permitirá hacer cuantas menciones queramos en un único tuit. Movida peligrosa, dado que el etiquetado publicitario estará a la orden del día. No obstante lo cual, será mucho lo que se podrá hacer en términos de puesta en circulación de contenidos.