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Toshiba Portégé R830: la potencia de un Intel Core i5 en apenas 1,5 Kg


Escribir un artículo sobre una notebook o netbook suele generar un interesante intercambio de comentarios apasionados de los usuarios: algunos elogiando el producto y otros repudiándolo. Esto pasó en artículos como los que dediqué a la HP Pavilion DM1 o a la Acer Aspire One 722 . El punto es que siempre son opiniones subjetivas, porque cada uno analiza los pros y contra de acuerdo a lo que considera debería brindarle personalmente una portátil.

Desde mi punto de vista, hay un segmento muy grande de usuarios que hace un uso intensivo de aplicaciones de hogar y oficina, servicios en la nube y algún que otro juego casual, y para los cuales la mayoría de los procesadores usados en equipos portátiles y ultra-portátiles han alcanzado un estándar más que aceptable. Aunque uno siempre quiera un poquito más, hoy difícilmente se pueda hablar de “insuficiencia“.

Partiendo de este aspecto, considero que, dentro del rango de lo aceptable, un factor que sí es determinante es el de la comodidad y durabilidad que ofrezca el equipo al momento de transportarlo cotidianamente. Me ha pasado de acarrear con una gran variedad de portátiles: desde potentes equipos de 19 pulgadas hasta netbooks de 10 pulgadas, y sinceramente mi hombro me ha sabido marcar la diferencia.

En este sentido la empresa Toshiba ha logrado, con su modelo Portégé R830, una interesante combinación de portabilidad con potencia de trabajo y durabilidad. Empiezo contándoles que se trata de una notebook que ostenta un espesor frontal de 18.3 milímetros, un espesor trasero de 26.6 mm, ancho de 227 mm, largo de 316 mm y un peso de 1,50 kilogramos. A su vez la construcción es bastante robusta, con una carcasa construida en magnesio capaz de absorber buena parte del maltrato diario, lo mismo que el sistema de soporte para el disco duro. En el marco de estas dimensiones, nos encontramos con una pantalla retroiluminada por LED de 13,3 pulgadas y un teclado tipo “isla”, donde hay una separación entre las teclas para evitar acumulación de suciedad, además de una protección contra el derrame de líquidos.

Pasando a las características que hacen a la potencia de trabajo, nos encontramos con un Intel Core i5-2520M de segunda generación y dos núcleos físicos (3 MB de caché y 2,50 GHz) con Turbo Boost Technology, lo que permite a cada núcleo trabajar en dos tareas al mismo tiempo. Esto significa que para aplicaciones de edición de video o diseño gráfico, el equipo funcionará como si tuviera 4 núcleos (de hecho, programas como Canopus Edius lo identifican como un Quad-Core). Personalmente utilizo un Core i5 de estas características para mis tareas cotidianas, y debo reconocer que el rendimiento obtenido en aplicaciones complejas es más que satisfactorio.

Este procesador es secundado por 4 GB de RAM DDR3 1333, un disco duro que puede llegar hasta los 640 GB (dependiendo del modelo que adquiramos), y una unidad óptica DVD SuperMulti de 8x. El punto “flojo” está en su acelerador de video, que es el clásico Intel integrado al chipset, que usa parte de la memoria RAM como propia y mucho no ofrece en materia de juegos (aunque sí es suficiente para reproducción de videos HD). En este sentido, hubiera preferido un procesador dedicado de AMD o NVIDIA, con su propia VRAM.

Pasando a los puertos, nos encontramos con USB 3.0 con la función USB Sleep, que nos permite cargar equipos portátiles como reproductores multimedia o celulares, aún cuando la computadora se encuentre en estado de reposo. También contamos con una salida HDMI compatible con Full HD (1080p) que además transporta el sonido, y la función Intel Wireless Display: un estándar para transmitir contenidos de video de manera inalámbrica a televisores compatibles.
En este apartado, un punto MUY flojo: sólo incluye 2 puertos USB, lo que casi nos obliga a acudir a un HUB USB (recomiendo uno con alimentación propia) y el lector de memorias brilla por su ausencia.

Para cerrar, dos aspectos que siempre preocupan en las notebooks. Primero la refrigeración. En este sentido toda la línea Portégé cuenta con el sistema Airflow Cooling. Al ser el magnesio un material más liviano y delgado que el plástico, los fabricantes que construyen las notebooks con este material disponen de mayor espacio como para redistribuir los componentes, de manera que aprovechen mejor el flujo de aire. A su vez se instaló un cooler que empuja el aire hacia arriba, evitando la concentración de calor sobre la base, motivo principal de recalentamiento en estas computadoras.

El segundo aspecto es la batería. Aquí nos encontramos con una unidad de seis celdas, que en condiciones de trabajo moderadas nos aportan 9 horas de trabajo sin tener que acudir al cargador.

En resumen un equipo que, salvo por el adaptador de video, ofrece a mi gusto todo lo que actualmente busco en un equipo portátil. Puede que para tareas de diseño la pantalla resulte chica, pero usando la salida VGA o HDMI nos podremos ir sin problemas a un monitor más grande que actúe como extensión del escritorio.

 

Características

  • Dimensiones: 26.6 mm x 227 mm x 316 mm
  • Peso: 1,5 Kg
  • Procesador: Intel Core i5-2520M. Doble núcleo, 3 MB de caché, 2,50 GHz, Turbo Boost.
  • Memoria RAM: 4 GB DDR 3 1333
  • Disco duro: hasta 640 GB
  • Unidad óptica: DVD SuperMulti 8x
  • Gráficos: Intel
  • Sistema operativo: Windows 7 Professional 64 bit en Español
  • Puertos: USB 3.0, HDMI, VGA, Intel Wireless Display
  • Batería: 6 celdas
  • Precio: desde U$S 1.100

 

Balanza

A FAVOR EN CONTRA
El procesador El adaptador de video
El sistema de refrigeración No ofrece lector de memorias
La carcasa con protección contra golpes Incluye sólo 2 puertos USB

 

La distribución de los componentes y el sistema de refrigeración

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