25 marzo, 2009
Si bien desde que poseen computadoras la mayoría de las pymes decidieron tener “una persona” con conocimientos para resolver problemas técnicos, llegó la hora de la profesionalización de este tipo de prestaciones: en esta nota explicamos sus ventajas.
El hijo del primo del vecino que sabe computación siempre estuvo a la mano cada vez que estallaba algún monitor, se quemaba un equipo o un software se colgaba irremediablemente. La tercerización del soporte técnico no es ajena a las pymes. Sin embargo, en los últimos años, las pequeñas y medianas empresas empezaron a necesitar más.
Porque, por ejemplo, notaron que muchos problemas se repetían con frecuencia, tal vez a causa de que este prestador casi amateur había
sembrado la necesidad de su presencia, o porque no tenía el tiempo ni los conocimientos para resolverlos de manera completa. Así es que aparecieron prestadores con experiencia y madurez para dar un servicio más profesionalizado y lograr que este tema de que las cosas funcionen no sea tan sólo una cuestión de buena voluntad.
Carlos Pérez, Director de Syswarp, explica que, al contratar una empresa, “el trabajo estará respaldado siempre por un equipo de profesionales y no por una sola persona. Esto es muy importante a la hora de atender incidencias, sobre todo, que infieren en procesos productivos”.
Así, si se reporta que “una aplicación está lenta”, un equipo de trabajo se divide; y mientras que un grupo revisa la programación, otro hace lo propio con las consultas a las bases de datos, y un tercero, con los parámetros del servidor. Syswarp se ocupa, entre otros servicios, de instalar servidores, redes privadas virtuales y puestos de trabajo, con fuerte énfasis en el mundo Linux y Open Source.
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