13 junio, 2019
Aunque las coincidencias existen es conveniente desconfiar de ellas. Telegram, uno de los medios más utilizados por los activistas políticos perseguidos por los gobiernos ha sufrido un ataque DDoS justo en momentos en los que se debate una nueva ley de extradición en Hong Kong y las protestas cobran fuerza.
En los últimos días se han producido marchas y protestas en la ciudad de Hong Kong en contra de la ley de extradición. Actualmente la ciudad tiene acuerdos con varios países en dicha materia, pero no con el gobierno chino.
Los cambios que la nueva legislación propone harían posible los pedidos de extradición desde China, Taiwan y Macao. Esta apertura ha despertado el temor de que China utilice este recurso para intimidar o perseguir a los disidentes políticos.
Pavel Durov, fundador de Telegram, ha señalado que los ataques DDoS contra los servidores de la aplicación fueron lanzados desde China continental. La gran mayoría de las direcciones IP involucradas pertenecían a dicho país.
El objetivo parece más que claro, dificultar el buen funcionamiento del servicio y de esta manera la tarea de los organizadores de las protestas que utilizan la aplicación.
No es la primera vez que China utiliza ataques informáticos contra los disidentes, ni la primera vez que Telegram es atacada por un régimen totalitario. Rusia en particular ha intentado bloquear el servicio en varias oportunidades.
Telegram es un servicio de mensajería similar a tantos otros, con la particular característica de que cuenta con un sólido sistema de encriptado que permite mantener las conversaciones fuera del alcance de terceros, sean estos espías privados o gobiernos. Los grupos de Telegram pueden tener hasta 200 mil miembros, lo que la hace una aplicación ideal para organizar eventos masivos.
Recientemente uno de los administradores de un grupo de Telegram fue arrestado en Hong Kong acusado de conspiración para cometer disturbios públicos.