3 marzo, 2015
Un Anillo para gobernarlos a todos. Una tarjeta de crédito para manejar todas las otras tarjetas de crédito. Stratos Card no es el primer proyecto que tiene como objetivo la consolidación de las cuentas bancarias de una persona, pero en este caso el intento parece haber avanzado con mucho éxito a través de los diferentes desafíos técnicos que existen. La tarjeta única estará lista el próximo mes. Stratos, la compañía, fue fundada en 2012 y cuenta con 50 profesionales. Cuanta con un apoyo financiero de USD 7 millones provisto por inversores privados.
La tarjeta se distribuye con un lector de bandas magnéticas que puede conectarse a un puerto 3.5 mm de un dispositivo móvil. Se carga entonces una aplicación. El siguiente paso es pasar las tarjetas de crédito tradicionales por el lector para cargar la información al sistema. La empresa ha señalado que de esta operación solo obtiene datos de contacto que sirven para establecer requisitos legales y verificar el usuario y dueño de las tarjetas. La información de las tarjetas permanece bajo control del usuario.
Una vez que se han escaneado las tarjetas es posible seleccionar tres para que sean accesibles directamente a través de Stratos. También es posible acceder posteriormente a cualquiera de las otras tarjetas guardadas y cargarla a Stratos. La información de las tarjetas se guarda con un encriptado en el teléfono. La tarjeta Stratos funciona como cualquier otra tarjeta de crédito normal. Para asegurar una mayor compatibilidad la tarjeta contiene dos cintas magnéticas.
Dentro de la tarjeta Stratos se encuentra un panel de circuitos y una batería con una autonomía de 2 años. Los elementos están protegidos contra el agua, la estática y cierto nivel de maltrato propio del uso diario. Una medida de seguridad destacable es la opción que permite que la tarjeta se deshabilite de forma automática si se aleja del smartphone del usuario durante una cantidad de tiempo determinada.
Otro detalle interesante es el modelo de negocio. En vez de vender las tarjetas la compañía vende el servicio. Por USD 95 al años los usuarios obtienen una tarjeta personalizada que será reemplazada por un modelo más nuevo luego de un año de uso. El precio es de USD 149 para dos tarjetas. El esquema podría parecer extraño para otra industria, pero en el campo de los servicios financieros parece más que adecuado.
Fuentes: techcrunch