22 diciembre, 2015
La empresa de cohetes del CEO de Tesla Motors, Elon Musk, logró despegar su primer modelo y aterrizarlo a la perfección. SpaceX pudo manejar el Falcon 9 por unos 10 minutos y luego volver a su base sin sufrir ningún tipo de accidente. Este hito se llevó a cabo luego de varios intentos que terminaron en grandes explosiones.
Este cohete cargaba 11 satélites destinados para la órbita baja de la Tierra. Cabe destacar que se trata de una nave de un importante calibre, cuyo objetivo no sólo era desplegar los satélites sino lograr concretar el aterrizaje, algo poco común en la industria de los cohetes espaciales.
Con una autonomía de casi 200 kilómetros, un peso de casi 700 mil kilos y la potencia de nueve motores, este gran cohete está diseñado para llevar una importante cantidad de carga a la órbita terrestre. En comparación, la nave Blue Origin es mucho más pequeña y sólo puede trasladar algunas personas a solo 100 kilómetros.
Lanzar y aterrizar el Falcon 9 era uno de los grandes objetivos a cumplir por parte de SpaceX. La compañía utilizó tres cohetes más pequeños llamados Grasshopper para probar todos los sistemas. De forma gradual, estos vehículos fueron adquiriendo más altura y logrando aterrizajes óptimos, para finalmente alcanzar el objetivo final.
Fuente: TechCrunch