6 febrero, 2012
Las consecuencias de las copiosas inundaciones a fines de 2011 en Tailandia seguirán haciéndose sentir a lo largo de este año. Los principales fabricantes de discos duros contemplaron impotentes cómo sus fábricas se llenaban literalmente de agua, arruinando las instalaciones de producción de uno de los componentes electrónicos más delicados y vitales de una computadora.
Las dos empresas más afectadas fueron Western Digital y Toshiba, con más de la mitad de su producción instalada en Tailandia, por lo que se esperaba que Seagate, el “tercer grande”, tomara la posta y aprovechase la oportunidad para ganar terreno sobre sus competidores.
Sin embargo, los directivos de Seagate, al mismo tiempo que anunciaban unas ganancias de más de 3200 millones de dólares (un 18% más que en el mismo trimestre del año 2010), advirtieron también que no tendrán la capacidad para absorber la demanda generada tras las inundaciones en Tailandia. De hecho, aunque las plantas productoras de Seagate no fueron directamente afectadas, carecen de insumos esenciales provenientes de proveedores tailandeses que han retrasado la producción de discos duros.
Frente a una demanda total de 175 millones de discos duros, Seagate apenas pudo entregar 119 millones en 2011, según informa Gizmología. La situación sin dudas seguirá empeorando hasta que tanto Seagate como el resto de los fabricantes logren recuperar sus niveles de producción históricos y puedan satisfacer paulatinamente los pedidos atrasados.
En los puntos de venta los efectos se están sintiendo con fuerza, especialmente con un aumento de precios superior al 50% y con la aparición de discos de baja capacidad y tecnologías obsoletas, que son evidentes rezagos de stock o productos recuperados de fábrica. En la Argentina la situación se agrava todavía más debido a las restricciones en las importaciones.
Definitivamente, no es un buen momento para comprar un disco duro.