3 octubre, 2008
Hace unas semanas, en un evento de prensa en USA, se me reventó una lata de Coca en la mochila y me arruinó la cámara digital (zafó el smartphone y la netbook, gracias diosito). Tenía una entrevista en una hora, así que tuve q ir de urgencia al “Circuit City” más cercano al hotel a comprarme otra cámara para seguir trabajando.
Ya en el local, miré desamparado durante unos minutos las 30 o 40 cámaras exhibidas ¿cuáles tendrían estabilizador de imagen? ¿qué comentarios hicieron de cada cámara los usuarios de la misma? ¿qué dijeron los reviews? ¿cómo se comparaban los precios de Circuit City contra los de Best Buy o Amazon? Me di cuenta lo ciego que me sentía comprando un producto de este tipo sin estar online. Terminé eligiendo una como quien cruza una avenida con los ojos cerrados.
Mi amigo Darío, la persona más online que conozco, cuenta en su blog personal lo extraño que le resulta en una heladería no poder ver el historial de gustos más pedidos en el último mes.
Cuando salgo de bares y veo una atractiva desconocida , me resulta frustrante e inhibidor no poder leer su perfil en alguna de las redes sociales en que participa.
Tranquis, su sitio favorito no está dirigido por un sicópata. Hay algunas veces en las que quiero estar offline, para jugar con mi hija, ver una puesta de sol o hacer el amor. Pero en todas las demás situaciones, fusionar nuestra vida material con la digital mejora la experiencia de vida, y hacia ahí vamos.
Creo q la inevitable fusión material-digital comenzará dentro de no más de un par de años, gracias a un sencillo dispositivo. Estos serán unos anteojos online que superpondrán un layer digital a lo q estemos mirando (¿remember Terminator?). Estos anteojos online (¿Wimax o LTE?) analizarán lo que estoy mirando y proyectarán en el vidrio información asociada a la realidad que estoy viendo.
Así Darío verá superpuesto al heladero, la lista de los top 10 gustos de helado, yo podré ver el perfil de Facebook de la chica que estoy apreciando o las specs de la cámara digital que tengo en las manos.
Lo único que no me queda claro aún es cómo evitaremos comernos una columna de alumbrado público cuando caminemos por la calle leyendo las noticias del día en nuestros ciberanteojos…
Miguel Lederkremer
Borrador de la editorial para la próxima Users, “50 maneras de estar conectado”.
Y vos, ¿para qué vas a utilizar los anteojos online?