25 agosto, 2009
El padre del Proyecto GNU está en la Argentina para promover Wikimania Buenos Aires 2009 y en la conferencia preinaugural no se guardó nada: atacó a Microsoft, hizo descolgar unas banderas de Linux y disparó grueso contra Amazon.
Parecía un mediodía de martes normal en la transitada calle Corrientes, a pocas cuadras del obelisco: en la puerta del Teatro Alvear una larga fila de gente esperaba ansiosa ingresar a lo que cualquier desprevenido podría considerar una función más del típico programa revisteril del ambiente.
Pero nada de eso iba a suceder. Apenas la aguja se clavó en el punto más alto, las puertas se abrieron y lentamente los pacientes espectadores fueron ubicándose prolijamente en las butacas de la sala que en pocos minutos quedaría repleta.
Con el lugar a punto de explotar y banderas de agrupaciones Linux colgadas en las bandejas, el clima que se generó era más que propicio para la aparición de una chica emplumada, esas que le sobran a Sofovich, y animar un poco la cuestión.
Pero no hizo falta. Como un rayo, ante el murmullo general, Richard Stallman salió al escenario de la repleta sala del teatro Alvear a hacer algo que le sale muy bien: caricaturizarse a sí mismo como mecanismo para promocionar el software libre y evangelizar sobre sus beneficios.
Si algún desinformado hubiera estado presente de seguro que se confundiría con un show de stand up, pues la conferencia que ofreció “el padre del software libre” se desarrolló bajo múltiples matices, pero siempre rociados de su clásico toque humorístico-ácido-ingenuo-ingenioso.
Durante las más de dos horas que duró su “número”, Stallman habló sobre las libertades del software libre, defendió a su modo la piratería, atacó a las empresas como Microsoft y como Amazon, sobretodo en lo referido a libros electrónicos, hizo clara su diferencia con Linux y tuvo tiempo para leer, sotana y aureola mediante, los mandamientos de la Iglesia Emacs.
Entre frases sumamente picantes, como la elegida para intitular esta breve crónica introductoria, actitudes de cero divismo (se puso a subastar un muñeco para recaudar fondos para su Fundación) y momentos bizarros -bailó e interpretó la canción del software libre que el mismo escribió influenciado por música tradicional búlgara-, Stallman les regaló a los presentes un momento interesante para reflexionar sobre el futuro del software libre.
Con el correr de los días iremos publicando algunos videos de lo que registramos para que no se pierdan nada. Esperamos, como siempre, sus comentarios.
Leandro Piñeiro.