25 septiembre, 2019
En una reciente entrevista con The Telegraph el presidente de Microsoft, Brad Smith, habló sobre su preocupación por los peligros que supone la implementación de sistemas de armamento autónomos.
Este tipo de tecnología ha dejado de ser una idea y un elemento de las historias de ciencia ficción, para convertirse en parte de los proyectos más avanzados de las potencias económicas y militares. Estados Unidos, Rusia, China y el Reino Unido tienen planes relacionados.
Desafíos
Según Smith el uso de de las armas automatizadas supone serios dilemas morales que los gobiernos deberían considerar. Esto haría necesario una nueva convención internacional, al estilo de la convención de Ginebra, para establecer normas y límites al uso de la tecnología.
El ejecutivo señaló que los robots no deberían ser capaces de entrar al combate por si mismos y decidir a quien matar. Las reglas a implementar deberían proteger tanto a los civiles como a los soldados.
Un aspecto importante de la discusión es quien es responsable de las muertes producidas por los robots, dado que diseñadores, fabricantes y comandantes de campo serán todos un factor en el comportamiento de las máquinas. La solución más sencilla, pero no necesariamente la correcta sería echarle la culpa al robot.
Tecnología con prudencia
Smith no solo está preocupado por el potencial asesino de los robots de combate, también ha señalado la importancia de regular otras tecnologías como es el caso del reconocimiento facial.
El ejecutivo de Microsoft había señalado anteriormente que las empresas tecnológicas deberían comenzar a considerar las consecuencias de sus acciones y desarrollos antes de simplemente lanzar sus productos y servicios al mercado. De esta manera criticó el credo de Silicon Valley que privilegia la velocidad y la capacidad de producir cambios disruptivos.
