19 agosto, 2010
Hace dos días nomás se reglamentó la portabilidad numérica en Argentina, una medida que por fin ve la luz luego de 12 años de atraso y que llega en un momento donde las operadoras ya no pueden vender más líneas por saturación ¿cómo influirá este servicio en los clientes? Entrevistamos al consultor Alejandro Prince.
La portabilidad numérica es un tema que viene siendo arrastrado desde al menos 11 años, cuando se dictaminó la obligatoriedad del servicio que nunca, pero nunca se llegó a implementar. Básicamente lo que permite la portabilidad es que el usuario pueda cambiar de operadora sin resignar su número telefónico. ¿Cuánto vale esta posibilidad hoy en día? “No lo mismo que hace una década”, nos dice el consultor Alejandro Prince y se larga a conversar con RedUSERS.
– ¿Cuánto falta para que la portabilidad sea una realidad?
– Un año aproximadamente. La portabilidad acaba de anunciarse solo para móviles, y para dentro de un año. Si bien es un buen dato, si bien es positiva, la medida tiene casi 12 años de atraso. Entonces, a consecuencia del atraso, la portabilidad no vale lo mismo que hace una década porque justamente en celulares es cada vez más sencillo avisarle a todo el mundo que cambiaste la línea. Lo hacés vía un sms, mails, cintas grabadas, etc. el costo de cambio es menor que hace una década y por supuesto menor que hace 20 años.
– Entonces podríamos poner en duda la utilidad de la portabilidad al tiempo que salió…
– Es que no para todos los usuarios vale la portabilidad lo mismo. Para profesionales y comercios va a ser importante, ellos hubieran pagado desde el principio por ese servicio. Pero la realidad es que gran parte de los usuarios de prepago, pertenecientes a los niveles medios y bajos, demuestran con su conducta que no respetan el número de línea, no lo respetan. La tendencia marca que por cambiar un terminal, por comprarse un celular más nuevo con cámara u otras funciones, o por acceder a un plan más barato o que le permite mandar 500 SMS gratis a sus amigos cambia de proveedor como de camiseta o calzón. Entonces, la portabilidad no vale lo mismo para todos, hay gente que no la valora ni le sirve.
– ¿Resulta lógico que todos los usuarios paguen por un servicio que no van a aprovechar?
– La cuestión tiene que ser así: quienes quieran conservar la línea que paguen la cuota y aquellos que no, que no paguen nada. Algunos dicen que la implementación del sistema de portabilidad le costará a las operadoras unos 40 millones de pesos, otros dicen que será más dinero, pero de todos modos es algo relativamente pequeño para los volúmens que manejan Claro, Movistar, Nextel y Personal. En algún momento el costo irá a parar a los consumidores, sin dudas, y repartir este costo entre tantos millones de usuarios tampoco es caro, en realidad es un costo mínimo.
– ¿Cuál es entonces el problema real que viene a resolver la portabilidad numérica si está tan atrasada?
– Ahí está la clave: con 40 millones de líneas activas en Argentina en uno o dos años ya no se van a poder vender más líneas ¿A cuantos más le podés vender líneas? El crecimiento poblacional viene siendo vegetativo, y lo que le queda a las operadoras es el changing, o sea, robar usuarios a las otras operadoras. ¿Cómo lo van a hacer? Con nuevos planes basados en Internet, servicios de última generación, terminales más sofisticados, y ahí se mejorará la competencia, ganará el que ofrezca más al usuario. La portabilidad vendría a facilitar esta nueva etapa, donde ya no va a haber nuevos clientes sino rotación entre operadoras. El negocio de cambio de terminales es gigantesco: cada tres años se renueva al parque de celulares y por año se cambian entre 10 y 12 millones de dispositivos. En conclusión: por más que llega tarde la medida, por más que la valoren o no, llega oportuna para el momento en el que no se pueden vender mas líneas, y queda circunscripto a la migración o rotación entre operadoras.
Por LP, cambiando su terminal en fase terminal
