8 octubre, 2009
Fermi es uno de los chips más complejos jamás creados, ¿se reflejará eso en su desempeño?.
Tras a la reciente aparición de la línea Radeon 5800 de ATI y frente al inminente lanzamiento oficial de Windows 7, NVIDIA no podía seguir sin anunciar un procesador gráfico con soporte de DirectX 11. El chip en cuestión se llama Fermi y será la base de las futuras placas GeForce de la compañía.
La nueva GPU (Graphics Processing Unit) está conformada por 3 mil millones de transistores, lo que la convierte en una arquitectura sumamente compleja. En comparación, un chip Core i7 está integrado por 731 millones de transistores. El número de unidades de procesamiento internas (shaders) se eleva a 512, lo que representa un aumento del 100 % con respecto a la generación anterior, conocida como GT200.
Otra característica interesante de las placas basadas en Fermi es que utilizarán memoria del tipo GDDR5, con un bus de 384 bits.
Todavía no hay una fecha de lanzamiento para las placas basadas en el nuevo procesador gráfico. Si bien NVIDIA mostró prototipos en la GPU Technology Conference (GTC) realizada durante la semana pasada, lo cierto es que todavía tendremos que esperar unos meses antes de ver las primera GeForce “GT300”.
Supercomputadora en un chip
Con Fermi NVIDIA ha decidido enfatizar las características que facilitan las tareas de cómputo general. Así, espera seducir a los desarrolladores y convencerlos para que sus programas se ejecutan en la GPU y no en la CPU del sistema. Por eso, entre las novedades se encuentran: un framework de programación compatible con Visual Studio que permite descargar tareas en la GPU sin muchas complicaciones, performance mejorada en cálculos de coma flotante de doble precisión, ECC (chequeo y corrección de errores) para la caché interna y la memoria principal de la placa de video y compatibilidad con el lenguaje C++.
Durante una presentación en la GTC, el CEO de NVIDIA, Jen-Hsun Huan, afirmó que su compañía no intenta reemplazar con sus chips gráficos a las CPUs de Intel o AMD, sino que se trata de establecer una nueva arquitectura general que se base en el coprocesamiento. Sin embargo, reconoció que en este esquema las GPUs tendrían un papel fundamental, mientras que el desempeño de las CPUs ya no sería tan crucial.
Por Adrián Mansilla