29 agosto, 2011
Cuando recién se conoció la decisión del gobierno de crear un impuesto a la importación de productos tecnológicos para fomentar la fabricación en la zona franca de Tierra del Fuego, estamos hablando del popularmente conocido impuestazo tecnológico, varias fueron las empresas nacionales e interacionales que pusieron el grito en el cielo asustados por la inminente pérdida de sus negocios en el país. Luego, con las licencias no automáticas, el pavor creció a niveles descomunales y muchas empresas se organizaban para publicar solicitadas en todos los medios rogando que se diera marcha atrás al asunto.
A un año de todo esto, la industria nacional transita un camino floreciente y casi todos los fabricantes más importantes del mundo se radicaron en Tierra del Fuego para producir sus componentes y competir con los jugadores locales. Una de las empresas que estuvo desde el inicio dentro de este cambio de paradigma es la puntana Coradir, que desde hace un tiempo se dedica a la producción de televisores LCD y LED, computadoras de escritorio, notebook y netbooks, y set top boxes (nosotros testeamos un modelo). ¿Qué pasó en todos estos meses para que el empresariado cambiara la percepción de la situación? RedUSERS entrevistó a Alberto Corapi, presidente de Coradir.
“Nunca hubo un gobierno que apoyara tanto a la industria nacional. Con el plan Conectar Igualdad, los planes de TV Digital y Argentina Conectada -donde quieren construir 25 mil km de fibra òptica para conectar a todos los hogares- la industria electrónica está pasando por un momento muy bueno. El gobierno con la capacidad de compra que tiene y con el empuje tecnológico que quiere dar a su gestión está generando un círculo virtuoso. Las empresas tenemos que tomar ingenieros, tenemos que capacitarlos porque hay un buen negocio adelante”, comienza animado el hombre de negocios que también cuenta que en la actualidad, Coradir es una de las empresas que más productos tiene para la norma ISDTV en la región.
– Justamente la pregunta es si este crecimiento no está demasiado ligado al modelo
– El gobierno genera para las pymes la cantidad mínima para salir. Es una masa crítica, después de esa masa crítica esto funciona solo. Nosotros estamos ampliando a nuevos negocios hoy en día. Un golpe del gobierno genera un montón de respuestas en los empresarios, lo que queremos son negocios. Una vez que el gobierno hizo que tomaras a 150 personas para un proyecto, después no querés que se vaya nadie.
– Pero ¿el mercado interno acompaña o sólo se gana con las compras del Estado?
– El mercado interno está respondiendo de manera sorprendente. En junio se vendieron 132 mil televisores LCD. Antes del mundial fueron 108 mil, una año después 132 mil. Las casas de artículos del hogar están despachando televisores. El plan LCD para Todos está arrancando ahora y creemos que va a estar bien, con cantidades, a fin de año. Nosotros vamos a tener una buena propuesta para ese momento, ya producimos pero estamos gestionando productos más completos. En este sentido, nos mudamos de fábrica en San Luis a otra del doble de tamaño. Y como buena noticia en ese momento nos estamos instalando en Tierra del Fuego para hacer monitores, vamos a inaugurar entre 60 y 90 días.
– Ustedes fueron conocidos de inmediato por promocionar una netbook a pilas ¿cómo les fue con eso?
– Cambiamos porque el gobierno decidió usar la Classmate, que es más cara pero superior en cuanto a prestaciones. Entonces nos volcamos ahí y nos fue muy bien. Por Conectar Igualdad vendimos 90 mil unidades, luego vendimos unas 20 mil al gobierno de San Luis y aproximadamete unas 60 mil a distintas provincias por un plan de la ONU. Ahora vamos a fabricar las placas madres en Argentina: varios somos los proveedores que están interesados y el plan Conectar Igualdad exigirá que se fabriquen todos los componentes en Argentina.
– ¿Es rentable fabricar mothers en la Argentina?
– Por supuesto que es más rentable que uno solo en el mundo fabrique la placa madre, pero cada vez el flete es más caro. La rentabilidad está, lo que tenés que tener es una cantidad necesaria inicial para la amortización del equipamiento donde cada línea cuesta 1 millón de dólares. La intención del gobierno es que del plan Conectar Igualdad para atrás no se va a ir. Cada año empiezan chicos nuevos y les entregan máquinas gratis. Cada año es 1 millon de unidades a entregar: si entre tres o cuatro compañías fabrican 200 mil unidades cada uno, está bien. Eso te da la masa crítica suficiente: después tenés la capacidad para producir más. Acá lo esencial es la intención del gobierno de pasar todo ¿viste como bajaron la perdiz y los más grandes se vinieron a fabricar a Argentina?
– ¿Y cuál es la observación que haces al respecto sobre la situación general?
– La verdad es que están todos contentos, incluso los fabricantes internacionales están contentos, piensan que ya no tienen que competir con cualquiera que meta algo en el mercado para hacer dumping sino que tienen que venir acá e instalarse para competir. Es una seguridad para todos, que alguien tiene que venir y apostar en serio, no a comprar 10 containers y pensar que viene a reventar el mercado. Ahora se piensa así: “Para vender en aquel país tengo que ir, instalarme, respetar las leyes, tomar gente”…¡¡lo tienen que hacer de en serio!! Incluso lo que estaban más en contra de la ley de electrónicos bajaron la cabeza y dijeron “la verdad que tienen razón”, les convino a todos al final, incluso a los que estaban en contra. Había importadores que pensaban que se quedaban sin negocios. El importador tiene el cliente, en lugar de comprar afuera compra en Tierra del Fuego y listo, pero todo el mundo no quiere cambiar, y era más que nada por eso. Ninguno de los importadores quebró, ninguno bajó sus ventas, están todos contentos. Si vos tenés una marca importante la vas a seguir vendiendo en cualquier lado. Nadie perdió plata con esto y ganamos todos.
– ¿El usuario tendría que percibir menos costos en los equipos nacionales?
– No necesariamente, acá hay una transferencia de ingreso desde lo que cobraba la Aduana hacia los obreros que trabajan. Acá es más caro que en China porque no hay trabajo esclavo. El costo laboral en Argentina es altísimo. Esa trasferencia del 16 por ciento que se quedaba la Aduana va hacia los obreros y el precio es más o menos el mismo. La diferencia es que esa plata queda en los obreros y no en la Aduana, y el trabajo en vez de estar afuera está en Argentina.
– ¿Cuáles son tus expectativas al respecto?
– Apoyo a todos los gobiernos que apoyan el trabajo, a todos los que hagan bien las cosas. Si quieren ganar votos comprando computadoras para los chicos, bienvenido sean, si quieren ganar votos dando conectividad en todo el país, bienvenido sea también aunque ahí mis negocios no tengan impacto directo. Todas las iniciativas de este gobierno son del siglo XXI y todos los gobiernos provinciales lo están copiando porque saben que vivimos un cambio generacional y los jóvenes valoran mucho más este tipo de iniciativas que otras cosas.