1 julio, 2010
Apenas seis semanas después del lanzamiento de los teléfonos Kin de Microsoft en Estados Unidos, la compañía anunció que pondrá fin a la comercialización y fabricación de sus smartphones, y que pondrá a trabajar a los empleados dedicados a la plataforma en Windows Phone 7.
En el país norteamericano, la operadora Verizon, que distribuía los dispositivos, bajó recientemente el precio de la gama baja de Kin en EE.UU. de 49 dólares a 29, y la versión de gama alta desde 99 dólares a 49, y ahora se encargará de intentar vender todo el stock de KinOne y KinTwo.
Según informó Microsoft en un comunicado, “tomamos la decisión de centrarnos en el lanzamiento de Windows Phone 7. Además, integraremos el equipo de trabajo de Kin con el de Windows Phone 7, pensando en incorporar las ideas y tecnologías de Kin en las futuras versiones de Windows Phone“.
De acuerdo a Matt Rosoff, analista del sector, Kin había recibido muchas malas críticas y probablemente ventas muy débiles, ya que carece de algunas características, como la posibilidad de instalar apps, un rasgo principal de los teléfonos de última generación.
Asimismo, su funcionamiento a través de un sistema operativo que no se enmarcaba en ninguno de los presentados por Microsoft generaba confusión a los usuarios.
Por otro lado, la decisión de poner fin al desarrollo de los Kin está probablemente relacionada con los cambios recientes en la cúpula del grupo de Entretenimiento y Dispositivos de Microsoft.
Robbie Bach, presidente de la división de Entretenimiento y Dispositivos, dejaría a la compañía a finales de este año, y en su lugar Microsoft puso al cada vez más cuestionado Steve Ballmer a cargo de la división.
Este no es el único proyecto de hardware que la compañía abandona en los últimos meses. Hace poco, Microsoft también canceló el desarrollo de Courier, la tablet de dos pantallas con Windows 7 incorporado que tenía todas las intenciones de convertirse en rival del iPad de Apple.