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Mi primer año con el iPad


El 3 de marzo se cumple un año del lanzamiento oficial del iPad en Estados Unidos. Y prácticamente desde entonces tengo la suerte de tener un iPad en mis manos todos los días. Ahora, lo cierto es que cada vez que utilice el equipo en público, recibí de quienes me veían las mismas dos preguntas: “¿Y esto, para que sirve?” y “¿pero podes hacer lo mismo que con una computadora?” Luego de casi un año de uso, creo que puedo intentar acercarme a las respuestas.

 

“¿Y esto, para qué sirve?”

“Es igual que una computadora”, me apresuraba siempre a contestar. Aunque no es tan así. El iPad realmente presenta un concepto completamente diferente de relación con la tecnología. No es solamente una computadora con pantalla táctil. Es una nueva manera de relacionarse que, a mi entender, aún ha sido muy poco explotada por los desarrolladores y diseñadores. En concreto, la primera respuesta es que el iPad sirve para navegar por Internet, leer y redactar mails, acceder a Twitter, Facebook y otras redes sociales, y jugar, entre muchas otras cosas. Podría definir de manera sintética que es un dispositivo pensado para informarse, comunicarse y entretenerse.

Si todo esto también lo podemos hacer con cualquier computadora, ¿vale la pena comprar un iPad u otra tableta? Debo decir que sí, aunque también debo aclarar que no es un dispositivo indispensable (como si lo es en la actualidad una computadora o un teléfono celular).

Básicamente, una tableta nos permite realizar muchas de las cosas que habitualmente hacemos con la computadora, pero de una forma diferente, en muchos casos, obteniendo una mejor experiencia. Por ejemplo, me resulta mucho más grato navegar por Internet o leer mails desde el iPad que en cualquier otra computadora. La no existencia de un intermediario (llámenlo mouse o teclado) hacen que la experiencia sea mucho más “natural” (si hay algo que puede llamarse natural en todo esto). Y esto lo podemos notar cuando el iPad es tomado por un niño o por una persona adulta. Independientemente de quien se trate, cualquier persona entiende muy rápidamente su concepto, y en cuestión de minutos podemos ver como es utilizado con absoluta naturalidad.

Ahora bien, hay muchas tareas que no resultan para nada prácticas en el iPad. Principalmente aquellas que requieran el uso de algún software o plataforma de mayor complejidad, por ejemplo, para diseñar o programar. Es decir, existe un gran abanico de tareas que definitivamente no podremos realizar con el iPad, y de esta forma resolvemos la segunda pregunta: no, no es posible hacer lo mismo que una computadora. Entonces, y a pesar de esto, nuevamente pregunto: ¿vale la pena comprarse una tableta?. Si. Esa es mi respuesta.

 

El punto fuerte

Hay otra pregunta que también es muy interesante y que nos ayuda a definir para que sirve un iPad: ¿hay algo que el iPad pueda hacer y una computadora tradicional no? Técnicamente podemos decir que todo lo que hace el iPad, una notebook, por ejemplo, podría hacerlo sin inconvenientes. Pero tampoco hay dudas que su formato ubica a las tabletas en un lugar muy especial cuando nos referimos a la lectura de libros y revistas.

Desde hace un año que disfruto plenamente la experiencia de comprar libros y revistas de todas partes del mundo, alcanzando una experiencia que es muy superior en muchos aspectos a la de la lectura en papel. No sólo por la interacción que nos permite brindar y enriquecer al texto (ejemplo de esto es sin dudas la versión de la revista Wired para iPad), sino también por toda una enorme serie de recursos que ya han surgido y seguirán apareciendo a futuro, y que eran impensados tiempo atrás. Un ejemplo claro lo encontramos en algunas de las aplicaciones para leer libros, como la del Amazon Kindle, que nos señala del libro que estamos leyendo, aquellos párrafos del texto fueron los más importantes para otros lectores del libro.

 

En definitiva….

Luego de un año de uso puedo decir que el iPad se ha convertido en un dispositivo imprescindible en mi rutina diaria. Me sirve para informarme a la mañana y revisar mis mails. Seguir y administrar mis cuentas de Twitter y Facebook. Tomar notas y trabajar en artículos. Buscar información y consultar direcciones en los mapas. Entretenerme, leer un libro o una revista, o incluso jugar un partido de Winning Eleven cuando necesito despejarme.

El iPad es conceptualmente un dispositivo increíble. Quienes sabemos de tecnología, también sabemos que podría ser un dispositivo aún mejor técnicamente hablando. Incluso si nos referimos al recientemente lanzado iPad 2. La resolución de la pantalla, la imposibilidad de leer memorias u otros soportes, la imposibilidad de conectar una memoria USB, la ausencia de una cámara, la incompatibilidad con Flash, etc., etc., etc.

Ya hemos leído y escuchado decenas de críticas hacia el iPad, y en algún lugar estoy seguro que todos coincidimos en lo molesto que resultan algunas medidas y políticas de Apple. Pero ciertamente, puedo decir que el iPad me ha dado grandes momentos en este primer año de convivencia. Y que fue sin dudas el puntapié de un formato, la tableta digital, que llego para quedarse.

Daniel Benchimol (@danielbenchi)
Director Editorial de RedUSERS.com
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