26 junio, 2019
Una investigación realizada en la Universidad de Sunshine Coast en Queensland, Australia, sostiene que el crecimiento de ciertas formaciones óseas en los jóvenes adultos está relacionada con un cambio en la postura corporal provocada por el uso de dispositivos portátiles.
Los smartphones y otros ingenios similares obligan a los usuarios a inclinar sus cabezas hacia adelante para tener una mejor percepción de lo que pasa en las pantallas.
En esta posición el peso que antes descansaba sobre la espina se traslada a los músculos detrás de la cabeza, lo que provoca un crecimiento del hueso donde se conectan los tendones y ligamentos.
La forma observada es similar a un cuerno, justo encima del cuello. No un cuerno como en las imágenes que nos haríamos de un demonio, pero un cuerno al fin. David Shahar, uno de los investigadores, ha señalado que el nombre que se le puede dar a la formación ósea está librado a la imaginación de cada persona. Fueron los medios australianos los que comenzaron a hablar de cuernos, no el estudio.
En la imagen de ejemplo se observa un crecimiento de 27,8 mm. Unos 3 o 5 mm suele ser considerada una protuberancia ósea importante. El estudio encontró varios casos de más de 10 mm.
Implicaciones y consecuencias
Esta investigación supondría el primer documento de una adaptación fisiológica y esquelética al uso de la tecnología en la vida diaria.
“Una pregunta importante es qué es lo que depara el futuro para la población de jóvenes adultos en nuestro estudio, dado que el desarrollo de un proceso degenerativo es evidente en una etapa tan temprana de sus vidas”, señalan los autores de la investigación.
El problema no es lo que pueda producir el hueso, sino el hecho de que es un signo de que la cabeza y el cuello no están ubicados como deberían. Shahar ha señalado que la respuesta lógica a este problema sería comenzar a educar en las escuelas en relación a las posturas corporales y la tecnología.