26 diciembre, 2013
En el futuro el acceso a las impresoras en 3D nos permitirá construir órganos artificiales con cierta facilidad. La impresión de tejido humano ha avanzado mucho en los últimos meses, tal es así que la compañía Organovo espera tener el primer hígado producido de esta manera para 2014.
Las impresoras dedicadas a esta tarea trabajan con capas y capas de material, células vivas, que poco a poco forman una estructura física sólida. El mayor desafío es todavía como recrear el sistema vascular para proveer los nutrientes y el oxígeno que el órgano necesita. Este aspecto es prioritario dado que las células mueren aún antes de que el tejido salga de la impresora. Organovo ha declarado que ha podido solventar este problema en cierta medida. “Hemos logrado grosores mayores a los 500 micrones y mantenido el tejido en un estado funcional con el comportamiento natural durante 40 días”, declaró Mike Renard, vicepresidente ejecutivo de operaciones comerciales. Vale señalar que un micrón es una millonésima parte de un metro. Comparativamente lo logrado equivale al grosor de 5 hojas de impresión.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=s3CiJ26YS_U[/youtube]La impresión se ha limitado a los hepatocitos, que componen la mayor parte del hígado. Sin embargo, existen otros grupos de células con distintas funciones que son necesarias para el correcto funcionamiento del órgano. Solo con la combinación de todas estas células y la reproducción del sistema vascular será posible producir un órgano artificial funcional.
El hígado artificial saldrá durante 2014, pero todavía será apenas algo más que un experimento destinado a la investigación. Se lo empleará además para probar medicamentos. Todavía no existen planes para la construcción de órganos artificiales destinados a trasplantes, pero lo conseguido por esta empresa podría ser un paso fundamental en esa dirección. Mientras tanto, la Methuselah Foundation ha anunciado un premio de USD 1 millón para la primera organización que logre imprimir un hígado funcional.
Fuentes: Computerworld