1 julio, 2016
Esta nota fue publicada originalmente en la edición 298 de revista USERS. Podes suscribirte a la versión impresa y/o digital aquí
Por Juan Silvestrini
Las conexiones inalámbricas tienen un único formato dominante que rige en la actualidad: el Wi-Fi. Este sistema se utiliza en todas las partes del mundo y es, de forma indiscutida, la herramienta por excelencia para establecer una red (tanto pública como privada) y acceso a Internet.
Sin embargo, hay un nuevo estándar de conexión en desarrollo que está pisando fuerte y que, de volverse algo masivo, puede revolucionar la industria. El Li-Fi es un sistema de conexión a Internet a partir de la luz emitida por lámparas de LED en un ambiente reducido. ¿Su promesa? Tener una velocidad de transferencia cien veces mayor al Wi-Fi.
¿Qué significa Li-Fi?
Esta tecnología llamada Light Fidelity (de allí surge el término Li-Fi) es novedosa y disruptiva. Se trata de un sistema de comunicación bidireccional mobile que utiliza la luz para transmitir información.
A diferencia del Wi-Fi, aprovecha la intermitencia de lámparas de LED en vez de las radiofrecuencias tradicionales. De esta forma, llega a desplegar velocidades impresionantes para circular la información no solo a dispositivos móviles, sino a todos los equipos que se encuentren en su rango.
Actualmente, la empresa encargada de su desarrollo y promoción se llama pureLiFi. Durante distintas pruebas en el laboratorio logró alcanzar la impresionante marca de transferencia de 224 Gb/s. Sin duda, se trata de cifras impensadas para los sistemas de conexión actual.
Si bien se trata de un número impresionante, cuando esta tecnología se probó fuera del laboratorio por primera vez, en oficinas y ambientes industriales en Tallinn, Estonia, se alcanzó la velocidad de 1 GB/s.
En rigor, esta tecnología utiliza Visible Light Communication (VLC) y el estándar de luz está entre los 400 y los 800 terahertz (THz). Básicamente, funciona como un código morse moderno: las luces se apagan y se prenden con cierto patrón programado para transmitir el mensaje a los dispositivos.
De esta forma, el parpadeo de las luces LED a velocidades extremas puede ser utilizado para escribir y trasmitir información en código binario. En una primera instancia podría preocupar que el parpadeo constante sea molesto tanto en ambientes laborales como hogareños, pero estas luces de LED trabajan de forma extremadamente rápida, imperceptibles para el ojo humano.
Para recibir cada emisión, los dispositivos cuentan con un photo-detector que interpreta las señales de luz y las procesa de tal forma que se convierten en datos y contenido visible. De esta forma se arma un circuito rápido y cercano entre las luces transmisoras y todos los dispositivos que se encuentren bajo su órbita.
Los mitos acerca del Li-Fi
La empresa pureLiFi desmintió algunos de los mitos más resonantes acerca de este nuevo método de conexión a Internet.
- El Li-Fi no es “100 veces más rápido que el Wi-Fi” como se afirmó en muchas ocasiones. El último estándar de Wi-Fi (IEEE 802.11ad) o soporte Wi-Gig explica que la tasa actual es de 7 GB/s. El Li-Fi nunca llegó a los 700 GB/s.
- El tipo de luz utilizada en este sistema (luces grandes de LED, más chicas, laser LED, entre otras) influyen de forma directa en la velocidad de transferencia de datos con Li-Fi.
- La velocidad de conexión a Internet depende no solo del sistema utilizado, sino del servicio que brinde el proveedor; así como también el access point de Wi-Fi. Con Li-Fi la velocidad de transferencia solo se limita por las empresas proveedoras de Internet.
Los orígenes
Li-Fi es una tecnología presentada por primera vez en 2011 por su creador, Harald Haas, profesor de la Universidad de Edimburgo, Escocia. En ese año, Haas se subió al escenario de las emblemáticas charlas TED para demostrar cómo una simple lámpara LED podía transmitir más datos que una torre de celular.
Un año más tarde, crea la compañía pureLiFi dedicada exclusivamente a la investigación y desarrollo de esta tecnología. Con el paso de los años, esta empresa se dedicó a conseguir inversionistas para mejorar el rendimiento en ambientes controlados de laboratorio, como también en espacios más habituales como hogares.
A pesar de que el profesor Haas clama ser el inventor del Li-Fi (sí lo es del término), no es el único que trabaja con esta tecnología. Un grupo de científicos chinos en la Universidad Fudan de Shanghai fueron los primeros en crear el sistema funcional de comunicación por luces.
Por su parte, el término de Visible Light Comunnication data de fines del siglo XIX, cuando este término incluía todo tipo de luces visibles del espectro electromagnético utilizado para transmitir información.
El proyecto D-Light llevado a cabo por el Instituto de Edimburgo, al cual pertenece el doctor Haas, fue fundado en 2010. Desde aquel entonces, Haas se dedica a promover esta tecnología y hacer crecer su número de adeptos.
Hoy existen diferentes tipos de proyectos que utilizan el VLC para lograr transferir datos. En abril de 2014, la compañía rusa Stins Coman anunció su propio desarrollo de una red inalámbrica de Li-Fi llamada BeamCaster. Actualmente, su modelo puede transferir 1,25 GB/s aunque planean llegar a los 5 GB/s en el corto plazo. El récord fuera de un laboratorio lo tiene la empresa Sisoft de México, que logró alcanzar velocidades de 10 GB/s.
Sus beneficios
Puntos de conexión a redes Wi-Fi hay en todo lugar y en todo momento. Desde la oficina hasta casa, la gran mayoría de los sitios habitables (por no decir todos) están equipados para utilizar esta tecnología. En caso de acceder a uno de los exclusivos y aún no promovidos sistemas de Li-Fi, los beneficios y las diferencias con las plataformas actuales aparecen al instante.
En primer lugar, están las ya mencionadas velocidades extremas. Gracias al sistema directo que vincula los dispositivos con las luces de LED, la transferencia de datos se realiza con mucha celeridad y de forma independiente con cada dispositivo, por lo que no hay que preocuparse por la interferencia entre equipos. El espectro es 10.000 veces más eficiente que el de las radiofrecuencias y el número de usuarios conectados no modifica la velocidad.
De la misma forma, como las luces se encuentran en espacios reducidos y controlados, se trata de una tecnología mucho más segura que el Wi-Fi. Al estar “en el aire”, el Wi-Fi es sumamente vulnerable. En cambio, las redes Li-Fi sólo son accesibles si se tiene contacto con la luz visible y no pueden atravesar las paredes. Así se logran redes más seguras, fácilmente controlables, con menos interferencia y sumamente eficientes. Si pensamos en ambientes donde la seguridad es materia principal (como bancos o sistemas de seguridad), estamos ante una revolución inminente.
Cabe destacar que el VLC no produce ningún tipo de radiación, por lo que es completamente seguro para los seres humanos. De esta forma, el Li-Fi se convierte en una conveniente alternativa en áreas que requieren un cuidado extra, como hospitales, centros médicos, escuelas y delicadas instalaciones industriales.
Por último, un access point Wi-Fi es único para una zona completa. Mientras que por el lado del Li-Fi, cada una de las bombillas de LED puede tener la misma velocidad, o superior, que todo el punto de acceso Wi-Fi. De esta forma, la densidad de los datos y su velocidad de transferencia es proporcional al número de luces disponibles en la red.
Sin embargo, si pensamos en las contras del sistema, lo primero que salta a la vista es la necesidad constante de tener las luces prendidas, tanto de noche como de día. Esto produce un alto costo energético, sin mencionar que, para tener conexión ininterrumpida en un espacio grande como una oficina o una casa, debe estar equipada en cada ambiente con un buen arsenal de luces.
La convivencia no es mala
Las redes que utilizan las lámparas de LED son rápidas, eficientes y ultra seguras, pero también son jóvenes. Sus propiedades de conexión limitan el acceso a los dispositivos que se encuentren en contacto con la luz, lo que evita que equipos externos tengan acceso a esta red.
Esta característica puede ser de suma utilidad, pero no va a reemplazar al Wi-Fi actual, por lo menos no por el momento. Los puntos de acceso o antenas de señales radiales posibilitan tener un área de cobertura extensa, permitiendo que muchos usuarios se conecten desde diversos puntos.
Es por esto que, para pensar una red aún más segura y eficiente, hay que diseñar y entrelazar ambos sistemas. Si el Wi-Fi y el Li-Fi pueden convivir, se puede lograr un sistema más práctico y mucho más útil.
Sin duda se trata de unos de los desarrollos más interesantes y prometedores de las conexiones inalámbricas. Habrá que esperar por lo menos algunos años para ver cómo evoluciona, cómo se relaciona con los sistemas actuales y cómo se puede implementar en la vida cotidiana de las personas.