22 enero, 2008
La Unión Europea (UE) estimó que la secuencia de números que identifican las computadoras en internet, las direcciones IP, deberían ser consideradas como información personal y por lo tanto privada.
La afirmación se desprende de un grupo de la comisión, liderado por el comisario de protección de datos de Alemania Peter Scharr, que prepara un informe sobre las políticas de privacidad de datos que están siguiendo motores de búsqueda como Google, Yahoo, Microsoft y otros que operan en Europa.
Según el portal del Sydney Morning Herald, la opinión de este grupo contrasta con la mantenida por Google, que insiste en que la dirección IP sólo identifica la localización de la PC y no a los usuarios.
En este sentido, Scharr reconoció que las direcciones IP de una PC pueden no estar ligadas a una persona, como sucede con los equipos de los cibercafés u oficinas, que son empleados por varios individuos.
Sin embargo, el comisario señaló que estas excepciones no detuvieron la aparición de sitios de internet basados en el protocolo “whois”, que se utiliza para identificar al propietario de un nombre de dominio o una dirección IP en la red.
Por su parte, Google expresó que las IP son necesarias para almacenar las consultas de búsqueda de información sobre la actividad online y así mejorar sus resultados.
Además, la compañía añadió que a través de las IP, ofrece a los anunciantes información fehaciente sobre la cantidad de clicks que los usuarios hacen en sus publicidades, dando información sobre las tendencias generales sin violar la privacidad de los individuos.
En tanto, a la hora de registrar términos de búsqueda, Windows Live Search no graba la dirección IP que identifica a una PC o individuo, sino que su estrategia radica en el ingreso de los internautas a la “red Passport” vinculada a los servicios de Hotmail y Messenger de Microsoft.
De acuerdo a la misma fuente, si se empieza a considerar a las direcciones IP como información personal los motores de búsqueda tendrán que modificar la manera en la cual tratan sus datos, así como revisar sus políticas de privacidad, calificadas como “virtuales o ficticias” por el grupo de la UE, dado que “no son lo suficientemente seguras, ni tampoco son accesibles a los usuarios”.