20 mayo, 2019
Investigadores de la Universidad de Pisa han descubierto que los beneficios que brinda la realidad aumentada en muchos campos profesionales podrían ser eclipsados por los problemas que esta tecnología crea.
El estudio se enfocó en el uso de realidad aumentada a través de dispositivos de vestir como los HoloLens de Microsoft.
La investigación mostró que las personas que utilizaron dispositivos de realidad aumentada para realizar tareas habían producido resultados de menor calidad de los conseguidos por aquellas que no habían empleado esta tecnología.
Además, los usuarios de realidad aumentada a menudo sobreestimaban su propio desempeño.
El experimento les pedía a los participantes que realizaran tareas de conexión de puntos. Estas operaciones se realizaban con los dispositivos puestos y sin ellos. Cuando la respuesta correcta se proyectaba sobre la pantalla de los dispositivos las líneas producidas resultaron ser, en promedio, 2,3 mm más largas o cortas. En cambio, en los casos en los que no se utilizó una tecnología de realidad aumentada las líneas tuvieron un margen de inexactitud, en promedio, de 0,9 mm.
Marina Carbone, la coordinadora del estudio, señaló que los participantes no se dieron cuenta de la falta de precisión en la tareas en las que fueron guiados por la realidad aumentada. En las entrevistas posteriores señalaron que creían que su desempeño había sido similar en ambas instancias.
Llamativamente también comentaron que los dispositivos los habían hecho sentirse más cansados.
Según los investigadores el problema está relacionado con el modo en que los ojos humanos se enfocan. Dos imágenes separada y cercanas pueden suponer una dificultad en esta tarea.
Uso y limitaciones
En un dispositivo de realidad aumentada las imágenes generadas por la computadora se superponen a las del mundo real. De esta manera los profesionales pueden obtener información contextual y guías que los ayuden con maquinas y procedimientos complejos. Estas capacidades ya han sido puestas a prueba como guías para cirujanos en procedimientos en los que el tiempo es un factor crucial.
Este reciente estudio apunta a que la tecnología podría ser útil para algunas tareas, pero no sería una buena opción para aquellas en las que la precisión es clave.