19 septiembre, 2009
Cuando Sony lanzó su última PlayStation, la describió no como una simple consola de videojuegos sino como una máquina de entretenimiento super potente capaz de durar en el tiempo, pero parece que su vida útil apenas supera los dos años.
Después de dos años, el disfrute de algunos jugadores de la PlayStation 3 (PS3) original se convirtió en frustración: sus máquinas se rompieron sin previo aviso, y todas mostraron el mismo indicador de falla, una luz amarilla intermitente que los entusiastas de la consola de Sony ya bautizaron como “La Luz Amarilla de la Muerte”.
Según el portal Watchdog de la BBC, la firma nipona reconoce que unas 12.500 de las 2.5 millones de PlayStation vendidas en el Reino Unido terminaron de esta manera desde marzo de 2007, y que el problema principalmente afecta el modelo de 60 GB, a partir de los 18 meses después de la compra.
Si este fallo se produce en los primeros 12 meses después de la compra, Sony le sustituye al cliente la consola sin cargo, pero como el problema aparece entre los 18 y 24 meses de uso, fuera del período de garantía, la compañía no se hace responsable.
No obstante, Sony brinda una solución ofreciendo a los clientes un equipo renovado a cambio de su ejemplar defectuoso, servicio por el que cobra 128 Libras y con el que los usuarios reciben una consola tan buena como si fuese nueva.
Con respecto a “La Luz Amarilla de la Muerte” la empresa japonesa señaló que es un “indicador de una falla no específica que puede desencadenar en una serie de circunstancias diferentes”.
Además, Sony destacó que no hay pruebas de que estos problemas sean causados por un defecto de fábrica, ya que “de todas las PS3 vendidas en el Reino Unido hasta la fecha, menos de la mitad del 1% de las unidades fueron afectadas en circunstancias en las que el indicador amarillo se ha iluminado”
Una de las cuestiones que pone en discusión la existencia de este problema de la PS3 es la práctica instalada en las empresas de electrónica y muchos otros sectores de consumo, basada en proporcionar un servicio gratuito de reparaciones durante el período de garantía, y luego cobrar por las reparaciones que puedan surgir pasado ese período.
¿Será que la vida útil de los productos electrónicos nunca se extiende a más de dos años y la única alternativa es pagar siempre más para obtener equipos más duraderos?