27 septiembre, 2013
Cuando un organismo estatal tiene la capacidad de observar la información privada de los ciudadanos, los gobiernos suelen afirmar que no hay de qué preocuparse porque esos recursos solo se utilizan para fines específicos. En el caso de la NSA se argumentaba que se trata de impedir posibles ataques terroristas. Dado que esa es la función de la agencia de seguridad de los Estados Unidos habrá quien pueda confiar en tal afirmación. El problema es que en última instancia todo depende de las personas que manejan las herramientas. Los empleados de la NSA pueden ser muy capaces técnicamente, pero no han podido evitar utilizar los medios con los que contaban para espiar a esposos y novios sospechados de infidelidad.
El dato surge de una carta enviada a un senador estadounidense por parte del Inspector general de la NSA, el General George Ellard. El senador, Charles Grassley reveló el contenido de la carta que incluye la mención de 12 oportunidades en las que los recursos de la agencias fueron utilizados de modo incorrecto. Esta actividad contraria a las normas se conoce como Loveint. El informe solo confirma un hecho sobre el que se había informado anteriormente. The Wall Street Journal había señalado en agosto que los empleados utilizaban las capacidades de espionaje del NSA para vigilar a sus afectos. La cantidad de casos se había establecido en 3 mil en un año, la NSA señaló que se trataba de errores no intencionales.
El General Keith Alexander, director de la NSA, señaló que la evidencia de miles de casos de mal comportamiento era falsa y tendenciosa. Alexander explicó que según el inspector general solo han existido 12 casos en 10 años. “Muchos de esos casos fueron reportados al Departamento de Justicia para que se procesen, o bien se tomen sanciones disciplinarias en otros”. Entre los casos mencionados en la carta enviada a Grassley aparece el de un empleado quien espió desde 1998 a 2003 nueve números de teléfonos de mujeres extranjeras residentes en Estados Unidos sin una justificación válida. El empleado escuchó y recopiló las conversaciones. También recopiló las comunicaciones de ciudadanos estadounidenses en dos ocasiones. Otro empleado intentó realizar un pedido de datos de su teléfono y el de su novia en 2011, solo por curiosidad. Aunque su teléfono fue bloqueado por ser ciudadano estadounidense pudo recibir los metadatos de su novia.
Fuentes: Computerworld, NBCNews