12 abril, 2012
El argumento que esgrimiera hace un par de meses la MPAA en contra del cyberlocker Hotfile, acusando al servicio de ser uno de los principales impulsores del robo digital y piratería, se desarticula ante este estudio de la Duke University, que revela que la mayoría de los archivos descargados desde Hotfile corresponden a software libre.
La justificación de la MPAA como vocero de la industria hollywoodense para radicar una denuncia en contra de Hotfile, era que el servicio no debería estar permitido ya que se trata de un paraíso de infractores del copyright idéntico a Megaupload. Incluso fundamentaron esta afirmación con un “experto”, que revelaba que más del 90% de todas las descargas en el sitio eran ilegales.
Siguiendo la misma línea que los popes de la industria cinematográfica, Hotfile le encargó un informe al profesor en leyes de la Duke University James Boyle, que desacreditó en otro paper tildándolo de “poco científico“, y revelando a su vez que, en rigor de verdad, el intercambio de archivos fraudulentos en Hotfile es realmente restringido. Por caso, aunque sin usar porcentajes, Boyle expuso los dos archivos más descargados del sitio: las aplicaciones IREB y Sn0wbreeze con 885.583 y 629.783 descargas respectivamente, ambos open source.
Luego de destacar estos principales archivos descargados, Boyle puntualizó que muchos desarrolladores de software utilizan el servicio para generar ganancias para sus proyectos, y destacó además algunas versiones Creative Commons de películas o versiones de Huckleberry Finn de dominio público que son compartidas mediante el cyberlocker. Boyle agrega que Hotfile provee una función muy importante a nivel usuario o profesional, ya que son pocas las alternativas para compartir archivos de gran tamaño: “Hotfile provee un servicio muy caro a la arquitectura de internet. Transferir archivos grandes por la red es difícil. El límite máximo para un adjunto en Gmail es 25 Mb, mientras que la mayoría de los servicios de correo electrónico tienen límites más bajos“.
Y continúa, más que claro, “desarrolladores de aplicaciones open source o cineastas independientes que colaboran en una película de licencia libre no siempre tienen sus propios servidores desde los cuales compartir su material. El crecimiento de la distribución de actividades creativas en internet sugiere que la ya loable tarea de servicios como Hotfile crezca en el futuro“.