4 septiembre, 2008
A partir del 1 de octubre la compañía referente del mundo fotográfico lanzará en la Argentina dos modelos de impresoras inkjet orientadas a usuarios finales y pequeñas oficinas (SOHO). Con esto, la marca ingresará en un segmento donde no tiene tanto reconocimiento, y en el cual sus dos principales competidores concentran el 90% de la participación.
¿Acaso se trata de un suicidio? Uno podría llegar a pensar eso teniendo en cuenta el peso que tienen en la industria dos jugadores de la talla de HP y Epson. Pero Kodak tiene un arma letal, que es su poder de marca, sustentada en resultados exitosos: durante 2007, sólo en el país, vendió cerca de 390.000 cámaras digitales, tiene operando alrededor de 1600 kioscos digitales y facturó unos 87 millones de dólares.
La propuesta-slogan-gancho de marketing de la compañía parece simple: 50% de ahorro en el costo por copia en relación al promedio de las impresoras multifunción inkjet existentes en el mercado. ¿Cómo garantizará tal beneficio? Bueno, antes de explicar esto pasaremos primero a presentar las estrellas de la nueva estrategia de Kodak: los equipos ESP3 y ESP5.
ESP3 es un dispositivo pequeño, capaz de imprimir y copiar documentos a una velocidad de hasta 30 páginas por minuto en negro y 29 en color, ofrece transferencia de fotografías desde la mayoría de las tarjetas de memoria, e imprime desde cámaras habilitadas para PictBridge (sin requerir una PC). Orientado a un segmento medio, suma la posibilidad de imprimir via bluetooh mediante un accesorio opcional.
Por su parte, la ESP5 es una apuesta al high-end: ofrece las mismas prestaciones que la ESP3 pero con la diferencia que incluye una pantalla LCD de 3 pulgadas, según la compañía, la de mayor tamaño hasta el momento en la industria. En cuanto a los precios, Kodak sugirió 449 pesos para la ESP3, y 559 pesos para la ESP5.
A simple vista, los equipos no ofrecen nada fuera de lo común, sin embargo la clave está en la tecnología investida en ellos. En este sentido, la clave está en el cabezal y en los cartuchos. El cabezal de estos dispositivos incorpora tecnología MEMS (Micro Electro Mechanical Systems) y un sustrato de silicona que controla automáticamente la expulsión de las gotas de tinta para garantizar la fidelidad de imagen.
Con respecto a los cartuchos, las tintas de pigmento Kodak están formuladas con nanopartículas que brindan la vivacidad de las tintas tipo dye, de calidad fotográfica. La particularidad de estos insumos es también su composición de colores: por un lado está el cartucho negro individual (costaría 39.90 pesos) y por el otro el cartucho color (a 65.90 pesos) compuesto por magenta, cyan, amarillo, negro brillante (para fotografías), y una tinta de capa protectora para proteger las imágenes.
Según la empresa, estas tecnologías propietarias combinadas otorgarían a los consumidores el beneficio de imprimir el doble de documentos por el mismo precio, logrando de esta forma, hasta un 50 % de ahorro.Entre otros chiches, los equipos agregan un detector automático de papel a través de un sistema infrarrojo que identifica su peso y determina la mejor calidad de impresión acorde a las características relevadas.
Como pudimos ver, Kodak se lanzó de cabeza para luchar palmo a palmo con HP y Epson. Detrás tiene un largo pergamino: está en el negocio del registro de imágenes hace más de 100 años. Con esta historia seguramente intentará abrirse camino entre la competencia, pero habrá que ver si los grandes fabricantes están dispuestos a repartir la torta entre un jugador más.
