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Informe Especial: Renovación del parque informático


Cuando los equipos se vuelven viejos, no sólo son más lentos y perjudican la eficiencia de los negocios, sino que generan más costos de mantenimiento. Veamos qué aspectos hay que considerar para decidir su recambio.

Y… sí. Es cierto que usted se gastó sus buenos dineros en comprar esa PC XT en 1983, pero también debe considerar que las horas que tarda en imprimir una factura y los cientos de pesos que tiene que pagar cada vez que necesita un repuesto pueden ser señales de que llegó la hora de renovar su parque informático.

Más allá de la broma o la exageración, las decisiones relacionadas con el recambio de computadoras son un verdadero dolor de cabeza para los empresarios pyme. Es que no resulta fácil detectar el momento exacto de equilibrio que permite quedarse con la conciencia tranquila de haber amortizado el equipo como es debido y, al mismo tiempo, saber que si no se hacía el cambio, comenzaban a resentirse las operaciones.

El primer dato que vale la pena destacar es que la mayoría de los fabricantes coinciden en que una PC de escritorio debe renovarse cada tres años, y un servidor orientado a pymes (de nivel de entrada), cada cinco.

Sin embargo, la realidad choca contra esas cifras y hoy, en las empresas de menor porte, se encuentran ciclos mucho más largos que los mencionados. “Lo ideal sería hacer el recambio anual del 25% de los equipos, lo que generaría que, cada cinco años, la empresa tuviese un parque completamente
renovado”, indica Eduardo Tobis, Program Manager de Trends Consulting, para aclarar casi de inmediato que “eso no sucede hoy en las pymes, que apuestan a hacer un para la parte hispanoparlante de América del Sur, pone un rostro más optimista y afirma que “las pymes de la Argentina están siguiendo la tendencia
de las grandes corporaciones, que, en promedio, renuevan su parque cada cuatro o cinco años”.

CRISIS Y DESPUÉS

La crisis y la devaluación operaron en la Argentina como un verdadero freno de mano para las inversiones en tecnología. Se resintieron desde las empresas más grandes hasta las unipersonales. Con la bonanza de los años posteriores, la compra de equipos volvió a florecer, pero parece que no por igual en todos los segmentos.

Los datos de Carlos Simone, Presidente de CAMOCA (Cámara Argentina de Máquinas de Oficina, Comerciales y Afines), son más optimistas: “Desde la crisis de 2001 ya ha habido una gran renovación, en 2005/6, y hoy, con el avance de la tecnología, más las nuevas características que posee el hardware y el precio y las condiciones de pago más accesibles, se está visualizando una nueva etapa de renovación”.

Sin embargo, es esperable que llegue un momento en el que la situación no dé para más. “Existen dos señales claras para determinar que es necesario hacer una renovación: cuando los equipos actuales no soportan la funcionalidad de las aplicaciones o cuando los costos asociados al mantenimiento se vuelven muy altos”, asevera Alejandro Oliveros, Director de IDC Argentina. Respecto del primer punto, el experto aclara que “son muchas las pymes que todavía no tienen un ERP, y cuyas computadoras, entonces, realizan funciones muy básicas; en esos casos, el ciclo de renovación puede extenderse durante mucho tiempo”.

Sin llegar tan lejos como la implementación de un ERP, una señal inequívoca de que los equipos corren con atraso es si cada vez que usted mira los requisitos mínimos que exige un determinado software se da cuenta de que su hardware no lo tolera.

Otro aspecto que no puede desatenderse es el del desempeño. Uno suele acostumbrarse a que la PC tarde cada vez más en completar operaciones sencillas. Pues bien, es una decisión equivocada: no bien los equipos empiezan a perder agilidad, es porque algo hay que hacer con ellos.

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