20 noviembre, 2008
Muchas veces nos habrá pasado que, al trabajar con fuentes que hemos agregado o con diferentes versiones de Word sobre el mismo archivo, guardamos un documento con las tipografías que más nos gustaban, pero, al abrirlo, éstas han cambiado por las predefinidas del programa desde el cual estamos trabajando; lo peor es que ninguna nos complace como aquéllas.
Al ver esto, las buscamos en Internet y no las encontramos, o lo que es peor, el equipo en el cual estamos trabajando no posee conexión a Internet. ¿Cómo hacemos para prevenir este problema la próxima vez que guardemos el archivo? Sencillo: almacenando las tipografías utilizadas en el mismo archivo, acción denominada incrustación.
Veamos cómo es este procedimiento: En Office 2007, teniendo abierto el documento que vamos a guardar, hacemos clic en el botón de Office ubicado en la esquina superior izquierda, vamos a [Opciones] de Word (situado en la parte inferior del menú contextual) y, en la ventana que se abre, seleccionamos [Guardar], en la izquierda. En Office 2003, elegimos la opción [Guardar como] del menú [Archivo] y, después, vamos a [Herramientas] y seleccionamos [Opciones al guardar]. Luego marcamos la casilla [Incrustar fuentes en el archivo] (o Incrustar fuentes TrueType) y aceptamos. Habrán notado que abajo había dos opciones: la primera, [Incrustar sólo los caracteres utilizados en el documento], conviene marcarla para ahorrar espacio, ya que los archivos de fuente completos pueden ocupar hasta 1 MB o más. En cambio, la segunda, [No incrustar fuentes del sistema comunes], es mejor no habilitarla, ya que si abrimos el documento en versiones distintas del sistema operativo que utilizamos, las tipografías podrían no estar disponibles.
Jonatan Ienco – jienconet@gmail.com
Truco publicado en Power 51.
