6 enero, 2012
El reciente lanzamiento de Ice Cream Sandwich, la versión con la que Android promete acabar finalmente con los problemas de fragmentación, ha tenido una recepción muy inferior a la esperada por sus desarrolladores. Según nos muestra el sitio oficial Android Developers, en las últimas dos semanas las versiones 4.0 y 4.0.2 de Ice Cream Sandwich estaba instalada sólo en el 0.3% de los dispositivos Android, con otro 0.3% para la versión 4.0.3.
Por su parte, Gingerbread, la versión reina de 2011, cubre más de la mitad del universo Android con un 55.5% de distribución, en tanto que Froyo goza todavía de buena salud con un respetable 30.4% del mercado.
¿A qué se debe que la versión de Android que debería ser la solución definitiva a los problemas de fragmentación no haya tenido el suceso que todos esperaban? La responsabilidad, como siempre, recae sobre los fabricantes de smartphones. Muchos alegan que Ice Cream Sandwich presenta trabas en la memoria interna del teléfono y es afectado por las limitaciones de hardware de los dispositivos más antiguos. Además, la mayoría de las empresas ofrece versiones personalizadas de Android y efectuar sus propias adaptaciones sobre Ice Cream Sandwich para los modelos actuales lo consideran un desperdicio de tiempo y dinero.
La realidad es que a los fabricantes de móviles les interesa vender nuevos modelos en vez de complacer a sus usuarios actualizando los dispositivos que ya les vendieron, y de ese modo Ice Cream Sandwich comenzará a lucirse recién en los smartphones que la mayoría de los fabricantes tienen planeado lanzar durante 2012. De hecho, muchos modelos recién se presentarán con ICS a partir de la segunda mitad del año.