30 diciembre, 2015
Esta nota fue publicada originalmente en la edición 293 de revista USERS. Podes suscribirte a la versión impresa y/o digital aquí.
Por Juan Silvestrini
La tecnología llega a lugares impensados. Es un rubro donde todos los días nos podemos encontrar con una sorpresa. Ya sea de la mano de una presentación novedosa, un secreto empresarial presuntamente bien guardado, o un proyecto nunca antes visto.
Con el paso de los años, el desarrollo de las pantallas de los dispositivos fue mejorando exponencialmente. ¿Quién no recuerda los colores monocromáticos de los primeros teléfonos celulares? Luego, aparecieron las pantallas en color. Más adelante, los display con colores brillantes, profundos y táctiles.
Si seguimos de cerca el rápido desarrollo de los elementos tecnológicos, cada uno marcó una época, tuvo su representante estrella y las personas que los utilizaron pensaron que esa tecnología era revolucionaria y novedosa para su época.
Esta revolución parece haber alcanzado un nuevo nivel que abre una infinidad de puertas, tanto como para los desarrolladores como para los usuarios. Las pantallas flexibles, tanto en sus variantes maleables como las simples curvaturas, llegaron para convertirse en una tendencia estética y tecnológica que marcará los próximos años
Inicios
Al igual que todos los avances tecnológicos y científicos, las pantallas flexibles tienen sus orígenes mucho antes de lo que la mayoría supone. Si bien parece que esta nueva modalidad de displays es totalmente innovadora y se introdujo en la escena hace poco, la realidad es que desde hace más de 30 años se experimentan con prototipos de diferentes materiales.
En primer lugar, los antecesores de las flamantes pantallas OLED de hoy, fueron los primeros prototipos de displays maleables de papel electrónico. Su primera aparición fue en 1974, cuando Nicholas K. Sheridon, un empleado de la firma PARC, logró crear el primer modelo con e-paper. Sin embargo, no fue recién hasta 2005 cuando la tecnología se patentó y se comenzó a pensar como una nueva forma de construir equipos.
El siguiente actor en la escena fue HP. En 2005 nació, bajo el tutelaje y el aval de la Universidad Estatal de Arizona, un centro dedicado específicamente al desarrollo de pantallas flexibles. Sin embargo, luego de varias fallas y retrasos, esta entidad se alió con HP y logró presentar un prototipo funcional en 2008. Dos años después y, a pesar del esfuerzo de ambas partes, HP aseguró que “no le veía futuro a las pantallas enrollables o flexibles, pero lo aprendido les serviría para construir dispositivos más delgados y livianos”.
Más allá que los casos citados no fueron del todo auspicioso, esta tecnología siguió avanzando. Mientras HP se daba por vencido, Samsung, LG, Nokia y Sony continuaban su desarrollo, denotando un claro interés en esta particular tecnología. Al punto tal que, desde 2010 hasta la actualidad, cada una de estas empresas ya presentó prototipos funcionales e inclusive comercializó dispositivos utilizando estas herramientas.
¿Para qué sirven?
A la hora de dilucidar cuáles son las funciones y los beneficios de las pantallas curvas, nos encontramos con un dilema. Si bien todas las empresas que trabajan con pantallas curvas aseguran que le da profundidad a la imagen, al mismo tiempo que le da la sensación al espectador de estar viendo en 3D sin la necesidad de lentes especiales, el potencial de esta tecnología es muy superior.
En una primera instancia, se comenzó a aplicar en dispositivos móviles, pantallas de mayor y menor tamaño como televisores y monitores, e incluso llegó a una de las tendencias más modernas de la industria: los smartwatches.
Sin embargo, algunas empresas no se conforman con tan solo colocar una pantalla curva a sus equipos, sino que buscan aprovechar esta tecnología para brindarles innovadoras funciones a sus dispositivos. Tal es el caso de Samsung con su Galaxy S6 Edge. En este modelo la curvatura está dispuesta en sus bordes otorgándole una estética fina y elegante. Pero eso no es todo. El equipo aprovecha los bordes de la pantalla para brindar acceso a todo tipo de funciones para ofrecernos una interfaz totalmente innovadora.
Las compañías que trabajan con estas pantallas coinciden en algunos puntos y beneficios. Sin embargo, esta tendencia va en aumento y debemos esperar que se desarrolle aún más para saber cuál es su verdadero potencial.
Cuerpo flexible
En la edición 2013 de la CES, Samsung mostró al público un dispositivo que exhibía la impresionante capacidad de doblarse. Esto causó un importante revuelo en el mundo tecnológico y dilucidó un poco los planes de la firma surcorena en el futuro. Inclusive, la empresa patentó un dispositivo que aprovecha al máximo estas características, teniendo componentes internos, pantalla y cuerpo flexible. Por lo que se trata de un equipo que, en teoría, puede doblarse por completo.
Según las promesas de la compañía, estos modelos de smartphones comenzarán a ser producidos en el transcurso de 2016. Habrá que esperar un poco para ver estos equipos ultraflexibles en circulación, probar su funcionamiento y comprobar su utilidad.
Futuro prometedor
Las tendencias tecnológicas van y vienen, se desarrollan para luego caer en el olvido y ser superadas por otras novedades. La historia de los inventos sigue esta estructura desde el principio de la vida misma y no hay forma de escaparle.
Si bien esta tecnología se encuentra en su momento de mayor popularidad y desarrollo, falta mucho (por no decir muchísimo) para que logren alcanzar su máximo potencial, se puedan implementar en nuevo diseños y se creen dispositivos únicos.
Actualmente, podríamos decir que, si bien mejora la calidad de visión en televisores y pantallas produciendo una experiencia envolvente, las curvaturas de la gran mayoría de los dispositivos actuales es meramente estética. Sin embargo, esto no debería desalentar a las empresas.
En su momento, Samsung patentó un modelo de dispositivo plegable que aprovecharía este movimiento flexible de una forma totalmente novedosa, nunca antes vista y con funciones nuevas. No hay un límite real para esta tecnología, más que la imaginación.
Si esta tecnología logra superar esta meseta estética y funcional en la que se encuentra hoy, y repensar su rumbo, estaremos ante una novedosa forma de ver las pantallas de nuestros dispositivos.