21 enero, 2011
A través de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, dirigida por el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno, el Estado está investigando a los dos gigantes informáticos por supuestas conductas anticompetitivas: las empreasas, de pasado y presente comprometido con el tema, rechazan las acusaciones.
Así es, las dos empresas de tecnología más importantes y relevantes de la historia recibirán por estos días todo el rigor investigativo y la tenacidad del caricaturesco Guillermo Moreno, consolidado como el sabueso oficial tras la férrea intervención ejecutada en Papel Prensa durante el año pasado donde se presentó al establecimiento con unos guantes de boxeo puestos. ¿Estamos hablando de algo nuevo bajo el sol? En absoluto, las investigaciones iniciadas formalmente esta semana están en su etapa inicial en el país, pero ambas multinacionales ya fueron demandadas en múltiples ocasiones en otras latitudes.
Para el caso de Microsoft, la pesquisa comenzó luego de una presentación judicial realizada por Pixart, una PyME local que desarrolla Rxart, un sistema operativo de código abierto basado en Linux. Un dato a tener en cuenta: este SO fue elegido por los directores del Plan Conectar Igualdad para distribuir dentro de las ExoMate que el gobierno regala a los estudiantes secundarios y docentes.
Lo de Google, en cambio, es de oficio. Lo inició la propia CNDC que sospecha que los resultados de las búsquedas privilegian a las páginas que pagan discriminando a las que no lo hacen.
La investigación sobre Microsoft es la más avanzada. Figura como “denuncia por precios predatorios”, bajo el marco de los artículos 1 y 2 de la ley 25.156. Pixart acusó a la multinacional de lanzar una versión acotada del Vista (el XP Starter Edition) a un precio subsidiado, imposible de competir para la empresa local, que había comenzado a ganar terreno en el mercado con la segunda versión de Rxart.
Por eso la pequeña desarrolladora argentina reclama que se le aplique una multa de $150 millones, considerando “las pérdidas incurridas por Pixart, el beneficio obtenido por Microsoft y el que obtendría”.
En el caso de Google, la investigación está en etapa inicial, e intentan determinar si se podría enmarcar como una conducta anticompetitiva, debido a que el buscador privilegia a las empresas que pagan, discriminando a las restantes.