22 julio, 2011
Una nueva jornada laboral comienza en la planta de Cisco en Ciudad Juárez. Poco a poco los trabajadores van ubicándose en sus puestos de trabajo donde hace años fabrican equipos de video y telecomunicaciones. Hasta que uno de sus compañeros llega con la noticia…
“A raíz de una reestructuración interna, Cisco despedirá a 6500 empleados en todo el mundo”. El titular deja paralizados a todos hasta que terminan de leer el artículo. Ninguno de los más de 5000 empleados de la Planta de Juárez serán despedidos y a su vez, la planta pasa a manos de Foxconn. Lentamente vuelven a sus puestos, felices de mantener su fuente de trabajo pero… ¿tranquilos?
Foxconn es una de las compañías maquiladoras o manufactureras más grandes del mundo. En sus fábricas producen los dispositivos de Apple que vienen ‘revolucionando el mercado’ como los iPods, iPhones, iPads y en menor medida, productos propios y de otras empresas como Dell, Nintendo y Microsoft.
Pero Foxconn es conocida por mucho más que eso: desde el año 2006 a la fecha, al menos 17 de sus empleados se suicidaron, lo que obligó a la empresa incorporar una cláusula en los contratos que prohíbe a sus empleados suicidarse y deslindar a Foxconn de toda responsabilidad. Además, constantemente recibe duras denuncias por explotación, muchas de ellas asociadas a las unidades requeridas para el lanzamiento de nuevos productos.
No es la primera vez que Foxconn se instala en Latinoamérica, de hecho, ya posee otras tres plantas en territorio mexicano y un posible inicio de actividades en Brasil.
Podríamos tomar a Foxconn como una empresa más y asociar los suicidios en la fábrica de China como un hecho aislado debido al tipo de régimen político establecido en ese país, si no fuera por los accidentes registrados en México.
En febrero de 2010, surgieron disturbios en la planta de San Jerónimo cuando los gerentes de la fábrica dijeron que el transporte que llevaría a los trabajadores de regreso a la ciudad estaba demorado por un control de los militares y los forzaron a seguir trabajando sin compensación adicional. Al parecer el tema del control militar no era cierto y los empleados furiosos, atacaron las casetas de vigilancia y quemaron el gimnasio y el área donde se almacenan las computadoras.
Luego del incidente, personal de la Junta de Conciliación y Arbitraje (JCyA) se presentó en la empresa para establecer cuales fueron los problemas que iniciaron los disturbios pero les negaron el ingreso. Después de un tiempo, un silencio cubrió el asunto y no se volvió a hablar del tema.
Como nos lo demuestran los hechos, Foxconn trata de implementar sus mismas prácticas explotadoras en nuestro continente pero tal vez, la llamada ‘sangre caliente’ latina este evitando que logre su cometido. La pregunta que nos queda es ¿hasta cuándo? ¿Ustedes trabajarían allí?
Para terminar de comprender el tema los invitamos a leer la cobertura previa realizada por RedUSERS marcada a lo largo de esta nota y la noticia de los incidentes por parte de una televisora local. Señores, ahora sí el debate está servido.
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