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En el Perú hay 72 mil toneladas de basura electrónica acumuladas


Todo queda obsoleto a una velocidad increíble y, paradójicamente, comprar un producto nuevo suele ser más barato que reparar uno averiado: ¿qué hacer o dónde poner los aparatos que, por diversas razones, han dejado de servir y cuyos componentes son tóxicos para la salud y el ambiente? ¿Se ha preguntado alguna vez cuántos celulares, cargadores, mouse, radios o calculadoras siguen guardados en su casa?.

Aunque no produce aparatos tecnológicos, el Perú incrementó en treinta veces las importaciones de estos productos en los últimos 14 años. Según informes de la Sunat, en 1995 ingresaron al país 717 toneladas de computadoras y piezas informáticas, una cantidad que se elevó a 22 mil toneladas en el 2009.

Si se asume que en el país el tiempo promedio de renovación de un celular no supera los dos años, y el de una computadora los siete, en 14 años los peruanos dejan de dar uso a 7 mil toneladas de celulares y 65 mil toneladas de computadoras.

Así lo establecen los resultados del primer diagnóstico de residuos electrónicos en el Perú que elaboró el equipo encabezado por el ingeniero Óscar Espinoza, con financiamiento y asesoría del Instituto Federal Suizo de Investigación y Prueba de Materiales y Tecnologías (EMPA).

Al comparar estas cifras con la de países industrializados, como Estados Unidos -donde se arrojaron 315 millones de computadoras en siete años- o Suiza -cuya población genera 100 mil toneladas de residuos electrónicos anuales-, la denominada “tecnobasura” del Perú podría parecer aún mínima.

Sin embargo, el problema está en que en el país, como la mayoría de Latinoamérica, tiene dificultades en el manejo de sus residuos, carece de disposiciones específicas y hábitos responsables para darle un destino final adecuado a la basura electrónica.

Aunque la reutilización de artefactos o su desensamblaje para obtener respuestos pueden estar alargando su tiempo de uso, ciertamente nadie fiscaliza su destino final luego de que estos pasaran por un segundo o un tercer usuario.

“Así, las carcasas de computadoras, baterías y teclados terminan en el tacho común, generando peligros de contaminación”, indica Sonia Araníbar, especialista del Ministerio del Ambiente (Minam). Solo para tener una idea: el cadmio que contiene una sola batería de celular es suficiente para contaminar 600 mil litros de agua.

Según informa el portal El comercio.pe, actualmente, con la asistencia técnica de Suiza, el Minam, el Instituto de Promoción del Desarrollo Sostenible y el Comité de Tecnologías de la Información de la Cámara de Comercio de Lima (en representación de las empresas privadas vinculadas al rubro) desarrollan propuestas para implementar un sistema de manejo selectivo y tratamiento especial de la basura electrónica en el país, que comprometa a los consumidores y a las empresas que importan y venden tecnología.

También hay experiencias locales que están sirviendo de modelo, como la que impulsa la empresa Telefónica Móviles, que posee tachos de acopio de aparatos en desuso que luego exporta por lotes para su reciclaje en una planta de Estados Unidos.

Estas instituciones tendrán listas soluciones concretas recién a fines del 2010.

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