30 julio, 2019
Las empresas que han incorporado el botón Like de Facebook en sus sitios web deberán pedir el consentimiento de los usuarios para transferir sus datos personales a la red social. Así lo ha establecido la corte de justicia europea con sede en Luxemburgo.
El botón de Facebook es un elemento muy común en los espacios online de las compañías. Es una opción muy sencilla y eficaz para promover una marca o un producto. Su presencia parece trivial, y dado que es el usuario el que elige utilizar o no esta opción no parece una amenaza de importancia, y en realidad no lo es.
Sin embargo luego de que un usuario demandara a una empresa de moda alemana por el uso de esta opción, una corte de dicho país resolvió consultar a la ECJ.
La corte de justicia europea tuvo entonces que considerar si el aparentemente inocente botón cumplía o no con la normativa de la unión continental.
Una cuestión de definiciones
Según lo establecido durante 2018 el controlador de datos es quien determina porque se deben recolectar y procesar los datos y quien debe obtener el consentimiento de los usuarios. Por su parte, el procesador de datos solo se ocupa de procesar los datos para el controlador.
Por lo mencionado, el dueño de un sitio web que utiliza el botón de Like de Facebook es considerado un controlador de datos en conjunto con Facebook cuando se produce una transmisión de datos personales a través de este medio.
Consecuencias
Así pues, los dueños de los sitios que utilizan el botón Like son responsables de obtener el consentimiento de los usuarios. Esto podría suponer una reubicación de dicho recurso y una explicación más detallada de lo que implica su uso por parte del consumidor.
Es importante notar que la corte ha aclarado que los sitios web no son responsables por el uso posterior de los datos que pueda realizar Facebook.
Es improbable que este fallo tenga impacto a nivel internacional, dado que responde a una normativa específica de la Unión Europea y no a principios generales de protección de la privacidad. Salvo, por supuesto, que otros países fuera del viejo continente decidan adoptar sus estipulaciones.