6 noviembre, 2009
Una vez más, en el país con mayor cantidad de cibernautas del mundo, la historia fue acallada sin demasiados miramientos. El damnificado de dichas medidas autárquicas fue otro sitio de expresión libre masiva (que además se suma a la numerosa lista de páginas creadas desde Facebook, Blogspot, WordPress, Vimeo, Typepad, entre otros): http://www.berlintwitterwall.com, una página que invita a los usuarios de Twitter a comentar sus vivencias, pensamientos o impresiones acerca de la caída del muro de Berlín, que ocurrió hace ya veinte años.
Bajo la excusa de evitar el contacto con asuntos sensibles para el régimen, el “Great Firewall of China” (uno de los más elaborados sistemas censores de la web, en este caso aplicado en China) logró bloquear el acceso de los usuarios chinos a la página, coartando una vez más no sólo la libre expresión, sino también el derecho a investigar y recibir informaciones (artículo 19 de la Declaración de Derechos Humanos de 1948).
Concretamente, los pocos pero no menos activos usuarios de internet del país oriental que descubrieron este sitio, tuvieron el tiempo suficiente como para lanzar críticas metafóricas contra sus propios mandatarios y las medidas que éstos tomaron, como por ejemplo, “Sr. Hu Jintao, por favor derribe este Gran Firewall”, comentario en el que se traza una relación bastante evidente con lo enunciado por Ronald Reagan allí por 1987, cuando pidió a M. Gorbachov que derribe el muro de Berlín. Acto seguido, la página fue censurada por el novedoso y eficaz cortafuegos chino.
Dice el Pacto de San José de Costa Rica, artículo 13(también conocido como la Declaración Interamericana de Derechos Humanos, lógicamente, sin jurisdicción en China), en materia de Derecho a la Información:
“No se puede restringir el derecho de expresión por vias o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales (…) y aparatos usados en la difusión de informacion o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones.”
De acuerdo o no con el régimen comunista (o mejor dicho, con sus medidas), éste párrafo, sin lugar a dudas, es un ejemplo que deberían seguir nuestros pares asiáticos.