13 abril, 2009
Leandro Piñeiro, responsable del contenido Web, infectó a casi toda la editorial con el gusano más temerario de los últimos tiempos luego de haber publicado 7 artículos sobre el tema.
Así fue que el miércoles 8 de abril, cuando los muchachos de tecnología realizaban el escaneo de virus semanal, apareció el inmundo Conficker (aquí bajo su otro nombre Downadup) pululando afanosamente por la red.
Acto seguido, intentaron encontrar la ubicación del malévolo gusano y empezaron por rastrear las IP infectadas, y la primera que apareció pertenecía nada menos que al editor de RedUSERS, Leandro Piñeiro, quien previamente había publicado alrededor de 7 artículos sobre el tema.
Lo más gracioso del asunto (si es que alguien se río de este desafortunado acontecimiento, lo cual nos ofende un poco, pero no es para tanto) es que el susodicho de marras destacó la cuestión “preventiva” en las publicaciones, detallando pormenorizadamente la forma de operar de Conficker y hasta cómo evitarlo “fácilmente”.
El refrán que mejor encajaría con la situación es “en casa de herrero, cuchillo de palo”, pero mejor le damos paso a los comentarios del Jefe de Tecnología de RedUSERS, quien se refirió al tenebroso acontecimiento:
“Creemos que el virus pudo haber llegado a través de un dispositivo de almacenamiento externo como un pendrive. La verdad no se que le ocurre a este sujeto, pero nuevamente nos metió en problemas, como cuando se quiso colgar de unos cables UTP por Madonna”.
Por su parte, Leandro Piñeiro se negó a hacer declaraciones y apenas lo convocaron desde la alta cúpula directiva para dar su versión de los hechos acusó “enfermedad, descompostura, resfrío, gripe, angina, diarrea, vómitos y estornudos sistemáticos”. Está claro que nada bueno le espera cuando se digne a regresar a la editorial.
Afortunadamente los ases tecnológicos del recinto pudieron eliminar el virus luego de un bombardeo premeditado a la red y todas las máquinas quedaron a salvo de Conficker, al menos por unas semanas. Esperamos que esta triste lección les sirva a todos los lectores para tomar conciencia de los peligros que inundan las oscuras calles de Internet.