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Cuidar las tarjetas de crédito


Para aquellos que aún no se sientan lo suficientemente seguros, todavía hay algunas opciones para utilizar técnicas de e-commerce y comercio tradicional sin poner en riesgo la cuenta bancaria.
Veamos primero por qué todavía tiene algún remoto sentido pensar que alguien puede -a pesar de todas las medidas de seguridad- robar los números de tarjeta y la información personal de algunos usuarios.

La verdad es que solía ocurrir cada tanto que algún hacker o cracker destruía las prácticamente indestructibles barreras de seguridad de los servidores de grandes empresas y se hacía con una importante cantidad de números de plásticos. Las nuevas tecnologías de seguridad hicieron que esto ocurriese cada vez menos, y el último gran robo tuvo lugar en 2003. Aquella vez fueron sustraídos 8 millones de números de tarjetas y sus respectivos datos de titularidad asociados.
Nunca se supo qué empresa fue la que sufrió los daños.

En 2005, otro robo famoso pero no tan importante se alzó con los datos de facturación de todos los suscriptores de la famosa revista Playboy. Como podemos ver, muchas veces, por seguros que seamos nosotros en nuestro accionar, nuestros datos quedan en manos de terceros que pueden también aprovecharse. Sin embargo, si aplicáramos este criterio a todas las transacciones tampoco compraríamos nada por teléfono ni mucho menos en lugares públicos, donde un empleado se lleva nuestra tarjeta de crédito y vuelve con ella un tiempo después. Pasa en las estaciones de servicio y los restaurantes, y no sabemos si mientras tanto no hizo una copia de ella.

Una buena idea para combatir este tipo de peligros es tener una tarjeta de crédito alternativa con un límite muy bajo. De esta forma, nunca usaremos nuestra tarjeta de crédito de cabecera para compras en línea y dispondremos de una forma de pago segura que, de ser robada, aún en el peor de los casos, no nos perjudicará demasiado. En América Latina es posible en los últimos meses comprar tarjetas de crédito prepagas. Estas tarjetas funcionan sólo cuando el titular les asigna un capital determinado, y mientras tanto permanecen inutilizables. Si usamos una tarjeta de este tipo sólo le cargaríamos el importe necesario para la transacción al momento de efectuar una compra en línea y si alguien se hiciera de nuestros datos de todos modos no podría estafarnos porque no habría en la tarjeta fondos disponibles.

Truco publicado en Users 219.

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