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¡Cuidado! El iPhone es un viaje de ida


Con el objetivo de estudiar los efectos que genera el iPhone y su nuevo concepto sobre telefonía celular en las costumbres de los humanos, decidimos iniciar un experimento hace unas semanas con un integrante del staff de RedUSERS. La cuestión era simple: durante un mes nuestro selecto conejo de indias pasaría sus días (con sus respectivas noches) operando el novedoso dispositivo ultraconvergente de Apple. Culminado ese lapso realizaríamos una serie de pruebas para evaluar cuán afectado quedó de tanta tecnología.

Aquí desmenuzamos las primeras observaciones al respecto:

Primera semana:

Steve (como así llamaremos al pequeño elegido, en honor al creador del iPhone) recibe el equipo con gran entusiasmo y se orina encima de la emoción. Pues era algo que esperaba hace mucho. Durante los primeros días no puede despegarse un segundo del equipo: todo el tiempo está ejecutando aplicaciones, terriblemente deslumbrado con la dinámica que le ofrece la pantalla multitáctil. Quema su Nokia 1100 y se hace un tatuaje con el logo de Apple en la nalga derecha. Antes del fin de semana, camina por Plaza Constitución a las 3 de la madrugada exhibiendo su nuevo producto con soltura. Un vendedor ambulante evita que le den un puntazo con una faca oxidada luego de gritarle “No existís” a un señor que tomaba vino en tetrabrick y escuchaba lo último de Damas Gratis en su Motorola.

Segunda semana:

Camina por el pasillo de la editorial sin levantar la vista, absorto en el nuevo mundo que el iPhone le puso ante sus ojos. Llega cada vez más tarde a la oficina, y sus ojeras evidencian las largas horas que le dedica al dispositivo por las noches. Se rumorea que su mujer lo quiere dejar. Casi no come, y se anota en la secta de “Adoradores de Productos de Apple”, del cual lo nombran presidente vitalicio del sector anarco-fundamentalista “iPhone y Reforma Agraria Ya”. En un descuido enviando un video erótico de María Marta Serra Lima a un amigo de Pergamino, casi es atropellado por un colectivo de la línea 60. No puede escuchar los insultos del chofer porque está reproduciendo en simultáneo un MP3 del Puma Rodríguez.

Tercera semana

Notables cambios en la conducta de Steve. Propone a los dueños de la empresa que eliminen las computadoras tradicionales y renueven el parque tecnológico por los Surface Multitáctiles de Microsoft. Ya no soporta nada que tenga botones, ni siquiera los de su pantalón: obsesionado con la idea hace que su mujer le cosa unos leds táctiles de colores en la bragueta que se abren automáticamente con sólo rozarlos con la yema de los dedos. Conecta todos los artefactos de su casa al teléfono de Apple, y a través de una conexión bluetooth puede desde tirar la cadena del baño hasta abrir la heladera. Llega al punto de querer convertir todo en táctil. Casi muere desangrado por una mordedura en el cuello que le hizo su Rotweiller al tratar de enseñarle a configurar la fecha y la hora del iPhone.

Cuarta semana:

Steve aparece un día en la oficina con el iPhone incrustado en su rostro: se había quedado dormido sobre el dispositivo mientras jugaba al Estanciero online. Ese mismo día debe someterse de urgencia a una operación para extraerle el equipo. Una serie de mensajes de texto que le llegan repentinamente por haber enviado GATA al 2435 hacen que la intervención se torne riesgosa. La vibración le abre la cara en dos, pero los cirujanos se mueven con rapidez y logran salvarlo a tiempo. Vuelve a su casa luego de 10 días, con el rostro algo desfigurado. Según los médicos, el hecho de que el iPhone no posea ranura para tarjetas de memoria fue fundamental: “Podría haberse clavado una de esas cositas y pudrirse de una horrible infección”, dijo el especialista.

En este preciso momento estamos tratando de encontrar la forma para que Steve deje el iPhone y vuelva a ser un ciudadano común y silvestre. Como pudieron ver, estas son las cosas que le puede pasar a todo aquel que no está preparado para recibir un aluvión de tanta tecnología. Desde RedUSERS les recomendamos tener cuidado con las cosas que compran. No sea que les ocurra lo mismo que Steve.

Pronto le tendremos novedades sobre nuestro amigo y los intentos para sacarle el iPhone. Será hasta la próxima.

Leandro Piñeirolpineiro@redusers.com

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