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Crece el uso de inhibidores para robar autos


Todos sabemos que la tecnología puede utilizarse tanto para el bien como para el mal, y que una iniciativa positiva puede compensar  una negativa y viceversa. Sin embargo, hay  ámbitos en los que esperamos amenazas tecnológicas y otros en los que no las imaginamos hasta que es demasiado tarde. Esto es lo que les pasó a varios hinchas de San Lorenzo en un reciente partido de futbol, descubrieron que el sistema de alarma y cierre centralizado de sus vehículos no funcionaba.

Por supuesto no se trata de una falla masiva ocurrida por coincidencia. Los sistemas estaban siendo interrumpidos por una señal inhibidora. Esta técnica ha ido creciendo y aunque un conductor alerta puede evitarse problemas simplemente alejándose de la zona de alcance de la señal, los delincuentes apuestan al número y el descuido de muchos.

Las señales inhibidoras suelen ubicarse cerca de los centros comerciales, la grandes avenidas y los estadios. Estas localizaciones son muy favorables para los delincuentes. En muchos casos los automovilistas abandonan sus vehículos apurados para llegar antes de que empiece el partido, porque están mal estacionados, o porque creen que el sitio es seguro.

La gran mayoría de los robos no tienen como objetivo el auto, sino todos los objetos de valor que pudieran encontrarse en su interior. En algunos casos los ladrones encuentran las llaves de las viviendas y la dirección en la documentación del auto, lo que hace que la situación empeore notablemente.

Una de las razones por las que esta modalidad a menudo no es detectada es porque cuando los dueños regresan y ven que alguien entró a su automóvil piensan que debieron haber dejado las puertas abiertas por accidente. Además, como existe un alto grado de estandarización en los sistema de cierre centralizado y alarmas es más sencillo para los criminales bloquear el rango de frecuencia en el que funcionan los dispositivos.

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