15 abril, 2009
La semana pasada, Leandro Piñeiro fue acusado de infectar toda la red de la editorial con el gusano más temible del momento: esta tarde fue absuelto porque nadie pudo confirmar su culpabilidad.
Luego de haber sido defenestrado públicamente en lo que podría ser una gran vergüenza para su perfil periodístico y mediático, el editor de RedUSERS fue escoltado por los guardias de seguridad que lo acompañaron en su salida del recinto en el cual se encontraba detenido (la sala de servidores).
Tras la liberación, Leandro agradeció a todos los que comentaron la noticia que lo acusaba y se mostró emocionado hasta las lágrimas, y algunos mocos: “Si no fuera por los fieles seguidores todavía estaría cautivo en estas cuatro paredes insensibles llenas de cables, gabinetes vacíos, servers, routers, y veneno para hormigas, snif”.
La serie de hechos desafortunados comenzó el pasado 8 de abril, cuando los responsables de tecnología de RedUSERS encontraron que la red estaba infectada con el malévolo Conficker y descubrieron que una de las IP engusanadas era la del triste editor.
En un primer momento todos los dedos lo señalaron culpable y por unos días se refugió en su casa poniendo excusas médicas para no aparecer en la editorial.
Lo que nadie sabía hasta el momento es que un grupo comando, en la madrugada del día siguiente, lo sacó de su vivienda por el balcón mientras meditaba budásticamente desnudo en el living con sahumerios y velas de todos colores, y lo llevaron cautivo a un recinto secreto donde lo sometieron a un salvaje interrogatorio de tintes militares.
Tras permanecer unos días en esa tenebrosa prisión, fue largado esta tarde por falta de pruebas y ya se reincorporó al staff de RedUSERS, en su oficina habitual. La única medida tomada por la cúpula directiva fue ponerle una fibra óptica dentro de una taza que tiene en su despacho para controlar sus movimientos.
Antes de cerrar la nota, quisiéramos publicar la lista de nombres a los cuales la víctima de esta terrible historia quiso agradecer públicamente por haberse preocupado por su situación rogando: “Liberen a Leandro, es sólo un pobre infeliz”. Entonces, muchas gracias wirkal, manus_14, redo007, titino73, javierius, Byron76, oceanik6, triperito, rikikapo2006, fabrib, 2KILOSdeASADO, juanchighione y study.