7 noviembre, 2018
Todas las historias de un futuro en el que la tecnología le arruina la vida a las personas son parte de la ciencia ficción y las series de televisión, hasta que nos enteramos que en alguna parte del mundo son una realidad. En este caso el futuro ha llegado a China con un nuevo sistema de crédito social implementado a través de la vigilancia del comportamiento de los ciudadanos.
El crédito social es un sistema de evaluación que establece un puntaje de acuerdo al cuál se determina el acceso que una persona tiene a ciertos servicios. Si la puntuación de un ciudadano baja demasiado puede verse imposibilitado para pedir un préstamo, o incluso limitado en su derecho a viajar. Uno de los casos más famosos al respecto es el de la actriz millonaria Fan Bingbing que fue acusada de evadir impuestos y perdió el derecho a viajar al exterior a mediados de 2018.
El sistema está siendo implementado por el estado y las empresas privadas. En Pekín hay planes para castigar a quienes fumen en lugares en donde está prohibido y en Quindao se le descontará puntos a aquellos que le falten el respeto a los barrenderos. Entre las compañías que utilizan crédito social se encuentra Ant Financial, que es parte del grupo Alibaba. En este caso se evalúa el pago a tiempo de las facturas y los hábitos de consumo.
Muchas personas en China apoyan estas medidas a las que ven como una manera de recompensar a los buenos ciudadanos. En general existe todavía un gran desconocimiento sobre cómo funciona el sistema. El gobierno Chino sostiene que se trata de promover una cultura de la honestidad, tanto en el ámbito laboral, como el educativo y la vía pública. Para fomentar la implementación del crédito social ha creado una plataforma online y alentado a las empresas e instituciones a unirse al sistema.
Sistemas de vigilancia
Para la implementación del sistema se utiliza como medio principal las cámaras en la vía pública y en los medios de transporte (incluyendo buses y taxis). También se está aplicando software de reconocimiento facial y programas que reconocen a las personas por el modo en que caminan.
Sin embargo, en una gran mayoría de los casos las cámaras en la vía pública no funcionan o son simplemente dispositivos falsos. Mucho más preocupante es que las medidas de vigilancia también se aplican al comportamiento de las personas en las redes sociales.