26 abril, 2019
Aunque no son las únicas opciones del mercado, el mundo de los videojuegos para PC tiene dos tiendas disputándose la supremacía. La primera, todavía reina indiscutida, Steam; la segunda Epic Games Store, un contendiente surgido del éxito de Fortnite, el juego más popular del momento.
EGS ha salido a competir utilizando como elementos estratégicos dos características diferenciadoras. La primera de ellas es una distribución de los ingresos que deja a los desarrolladores con el 88% del precio de venta. La segunda es una serie de acuerdos con varias empresas para el lanzamiento de títulos exclusivos.
El cambio en la distribución ha sido bien recibido. En comparación Steam se queda con el 30% del precio de venta. Los títulos exclusivos, aunque en una gran cantidad de casos lo son solo temporalmente, no han sido saludados con la misma alegría. Borderlands 3, Metro: Exodus y Detroit: Become Human son algunos ejemplos de los juegos que Epic Games Store se ha asegurado.
En respuesta a las críticas Tim Sweeney, CEO de Epic Games, ha señalado en un tuit “Si Steam se compromete a una participación del 88% para los desarrolladores y distribuidores sin mayores restricciones, Epic podría reorganizar rápidamente un retiro de los exclusivos (al tiempo que honramos nuestros compromisos) y considerar poner nuestros juegos en Steam”.
Sweeney se ha dado cuenta de que el universo gamer ha criticado la política de su empresa pero también ha apuntado a Steam por no responder efectivamente a las acciones de su competidor.
Sin embargo, las afirmaciones de Sweeney tampoco han pasado sin crítica. Muchos han señalado que el esquema de precios de Steam es el que permite la oferta de diversos sistemas de pago que son esenciales para muchas regiones. Por otro lado Steam sigue ofreciendo un montón de opciones para los consumidores que EGS no ha implementado y parece no tener en sus planes. Y mientras los exclusivos y la falta de opciones molestan a los usuarios, la distribución de ingresos no tiene un impacto directo en la experiencia que estos obtienen.
Por todo lo dicho una gran cantidad de aficionados a los videojuegos sospecha que el desafío del CEO de Epic Games es poco más que una manera de desviar las críticas.
