16 enero, 2019
Las semillas de algodón que llevaba la sonda especial Chang’e-4 han brotado y las plantas han comenzado a crecer. De esta manera se han convertido en las primeras plantas en desarrollarse sobre la superficie lunar, aunque en realidad, como es obvio, no se encuentra en el suelo de dicho satélite.
Las plantas de algodón comparten su lugar en un microambiente junto a semillas de papa, colza, arabidopsis, levadura y huevos de la mosca de la fruta. La biósfera intenta convertirse en un espacio autosustentable que provea todas las necesidades para las especies que contiene.
El experimento ha conseguido de esta manera un primer objetivo, probar que las plantas pueden crecer en las condiciones de la biósfera. Esto incluye grandes diferencias de temperatura, lógicamente atemperadas por la estructura cerrada, altos niveles de radiación y la baja gravedad.
Uno de los aspectos más importantes de este experimento es que en el futuro los astronautas podrían cultivar plantas para la producción de alimentos y otros recursos al realizar misiones de larga distancia. El objetivo a largo plazo sería su empleo en la exploración de Marte.
Luego de este primer éxito las comunidad científica está pendiente de si alguna de las otras plantas de la biósfera logra desarrollarse. También interesa ver qué ocurre con las moscas de la fruta, una especie que se usa frecuentemente para estudiar la adaptación de animales a diferentes ambientes. El corto ciclo reproductivo de la mosca es lo que permite evaluar lo que ocurre durante varias generaciones en un corto periodo de tiempo.
El microambiente se encuentra ubicado en el módulo de descenso. La misión cuenta con otro módulo que realiza las tareas de exploración y se conoce como Yutu-2.
Las imágenes del cultivo fueron publicadas por la Universidad de Chongqing en su cuenta de la red Weibo.
