23 octubre, 2018
Una expresión que se utiliza con cierta asiduidad en Twitter es la que señala que la difusión de tuits ajenos no implica el apoyo a lo que estos dicen. La aclaración suele agregarse a los perfiles como precaución ante posibles quejas y acusaciones de los lectores. La idea detrás de este principio es que en muchos caso la publicación de un tuit ajeno tiene como objetivo exponer ideas que no se comparten e incluso las que merecen repudio. Claro que esto no siempre resulta fácil de distinguir.
En Australia será la Comisión para el Trabajo Justo la que decidirá si un retuit es o no una muestra de apoyo al mensaje original.
Un sindicato australiano le han pedido al presidente de dicha comisión que se haga a un lado a causa de un retuit. En 2016 Jonathan Hamberger reprodujo un tuit de la ministro Michaelia Cash que criticaba al sindicato que nuclea a los trabajadores de los sectores de la construcción, la minería, la energía, el ámbito marítimo y el forestal.
El sindicato, conocido por sus siglas en inglés como CFMEU, le pidió a Hamberger que se abstuviera de juzgar casos en los que estuviera involucrado porque la publicación creaba la impresión, para cualquier persona razonable, de que existía un prejuicio en contra de dicho organismo.
Robert Reitano, el abogado del sindicato explicó: “Al retuitear, ¿podemos presumir que la persona adopta y comparte de los sentimientos del tuit? Nosotros hemos considerado que es así en nuestras presentaciones escritas y hemos señalado que es nuestra posición”.
Posteriormente Reitano intentó un argumento técnico a favor de su posición: “Para que un retuit ocurra -y yo no soy una persona que use Twitter así que no conozco sobre esto- necesitas hacer dos cosas. No se trata de presionar un botón, Tienes que presionar un botón dos veces“.
Nota: Utilizamos el término Tuit aceptado por la RAE y por derivación lógica Retuit para Tweet y ReTweet respectivamente.