11 marzo, 2009
Del miércoles 18 de marzo al sábado 4 de abril se estará celebrando en Objeto A la primera muestra de arte sobre videogames de la Argentina.
Hoy una vez más surge la pregunta de si ha llegado el fin del arte. El interrogante renace ante la presencia de un arcoíris de propuestas, técnicas y escenarios que cuestionan la ontología misma del arte y que multiplican los interrogantes a partir de fusiones en distintos ámbitos como las de arte y bioética, street art, videojuegos y arte… ¿quiénes validan estas u otras expresiones como artísticas?
Así surge esta muestra, donde la propuesta es plantearse la posibilidad de la presencia artística en el desarrollo de ciertos videojuegos, llegando incluso algunos a constituir obras de arte en sí mismos. Si esto ocurre ya o representa un camino a recorrer, es lo que buscamos explorar. El proceso de desarrollo de un video juego ¿implica un proceso creativo-artístico? ¿Desde qué lugar se habla de arte en video juegos? Desarrolladores, artistas, filósofos del arte, críticos, observadores… ¿quién tiene las respuestas?.
Quizá habría que comenzar por plantearse cuál es la función propia a los videojuegos y aquí encontramos diversas posiciones, desde la psicología, la ética y la sociología, también tendrían su cuota a aportar ludólogos y antropólogos, entre otros. Lo cierto es que los videojuegos han ido ganando terreno, incorporando nuevas funciones, emitiendo discursos de distinto calibre y fusionando con lo artístico, ya sea desde el lugar del desarrollador que busca ahondar en el proceso creativo o del artista que decide apropiarse de este dispositivo como medio de expresión.
Hoy día podríamos hablar de tres posibilidades en lo que se refiere al desarrollo de los videojuegos:
La narración: aquellos que indagan en la forma de contar historias y que podrían pensarse como una evolución de la literatura, como una nueva vuelta de tuerca en el campo de las intertextualidades y transposiciones.
La experiencia interactiva: el fenómeno de la interactividad inherente a los videojuegos es también una virtud propia del media-art, convirtiéndose así en un terreno aún en exploración tanto por artistas como por desarrolladores, fusionándose en ocasiones ambos roles. Desde ambos lugares se llega a resultados que requieren de una actividad proactiva del observador/jugador para cobrar entidad.
La espectacularidad y/o estética visual: aquí residiría la mayor relación con el cine, considerado hace no tanto el séptimo arte, quizá es por eso que hay quienes se animan a rotular a los videojuegos como el octavo arte, poniendo el acento en el área que más explora el costado artístico desde lo emocional-visual, el manejo de las cámaras, el realismo de las imágenes… buscando trabajar sobre el impacto, la movilización en el jugador.
Parecería estar surgiendo una cuarta opción. Los videojuegos que ponen el foco netamente en “lo artístico, lo conceptual”, un sector que está surgiendo con mucha fuerza, donde los tres ítems mencionados anteriormente pierden protagonismo en función de una finalidad artística que los integra.
Game on! El arte en juego, constituirá la primera exhibición en el país que aborde los videojuegos desde esta perspectiva. Antecedentes pueden encontrarse en países europeos y asiáticos con muestras como la de Casa Encendida en Madrid realizada el 2008, o en la participación que tienen año tras año en el Japan Media Arts Festival con sede en Singapur, en galerías como la francesa Arludick pensada expresamente para el cine, el comic y los videojuegos y en festivales o exhibiciones internacionales Gamerz, Kokoromi o Into The Pixel.
Fuente: Objeto A